sábado, 18 de julio de 2020

El Hijo glorifica al Padre para bien de la humanidad


El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de lo que él es, y el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas. 
Hebreos 1:3. NVI.

Lectura: Hebreos 1:1-9.  Versículo del día: Hebreos 1:3.

MEDITACIÓN DIARIA

El Hijo glorifica al Padre. Dice aquí que es la fiel imagen de lo que Él es y quien sostiene todas las cosas con su palabra poderosa. Recordemos que desde el Génesis se nos habla del Hijo de Dios: “Y Dios consideró que esto era bueno, dijo: Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza.” (Génesis 1:26). Bien podemos darnos cuenta que Dios dice: ‘Hagamos’, no ‘Haré’. O sea que ya estaba involucrada la Trinidad. El evangelio de Juan nos lo confirma: “En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba con Dios en el principio. Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir”. (Juan 1: 1-3). Fue el Mesías prometido y anunciado también desde Génesis con el fin de restablecer la relación entre Dios Padre y el hombre pecador. Y como se humilló voluntariamente tomando la forma de siervo y se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz, Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobe todo nombre para que toda rodilla se doble ante Él y toda lengua confiese que Jesús es el Señor para gloria de Dios Padre (Filipenses 2:5-11)
Este Señor Jesús se humilló y murió por ti y por mí. Cuando confesamos que es nuestro Salvador, Dios Padre se regocija. Si nunca antes te habías dado cuenta quién es Jesús de Nazaret y lo que vino hacer por ti, te invito para que le abras la puerta de tu vida y le permitas entrar. Oremos:

Señor Jesús: yo te necesito; te abro la puerta de mi corazón para que entres a mi vida y seas mi Señor y Salvador personal. Hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias por perdonarme y limpiarme. En tu Nombre Jesús, amén.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: