También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, llegó con unos treinta y cuatro kilos de una mezcla de mirra y áloe.
Juan 19:39. NVI.
Lectura: Juan 19:17-42. Versículo del día: Juan 19:39
MEDITACIÓN DIARIA
Tanto José de Arimatea
quien era hombre rico, miembro del Sanedrín y discípulo de Jesús como Nicodemo
que era maestro de Israel, fueron los que estuvieron presente en la sepultura
del Señor y por consiguiente embalsamaron su cuerpo.
Con la muerte del Señor,
se cumplieron profecías sobre Él dadas muchos años atrás. Veamos algunas de
ellas: “Allí lo crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en
medio” (v. 18; Mateo 27:38. AT. Isaías 53:12b). “Se repartieron entre ellos mi
manto, y sobre mi ropa echaron suertes” (v. 29; AT. Salmo 22.18); “Había allí
una vasija llena de vinagre; así que empaparon una esponja en el vinagre, la
pusieron en una caña y se la acercaron a la boca” (v. 29. AT Salmo 69:21); “Pero,
cuando se acercaron a Jesús y vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las
piernas” (v. 33, AT Salmo 34:20); “sino
que uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante le
brotó sangre y agua” (v. 34. AT Zacarías 12:10); “Después de esto, José de
Arimatea le pidió a Pilato el cuerpo de Jesús. José era discípulo de Jesús,
aunque en secreto por miedo a los judíos. Con el permiso de Pilato, fue y
retiró el cuerpo” (v. 38; Mateo 27:57. AT Isaías 53:9). Estas profecías son únicamente
las que conciernen al Evangelio de Juan sobre su crucifixión, muerte y
sepultura. Hay muchísimas más relacionadas con su nacimiento y vida pública
narradas no solamente por Juan sino por los otros evangelistas. Vemos con
claridad cómo se cumplió la Escritura en Jesús de Nazaret, el Mesías enviado
por el Padre para venir a salvar a la humanidad.
Oro para que este pequeño
bosquejo en mi devocional de hoy te haga reflexionar y creas que el Señor Jesús
vino por ti y que, así como se cumplió a cabalidad su primera venida, volverá
muy pronto como también está escrito. No dejes pasar más tiempo. Él murió por
todos y entre ese ‘todos’ estabas incluido(a).
Amado Señor: toca
el corazón de la persona que está leyendo este devocional y permite que se
acerque a Ti. Gracias buen Dios porque a través de la tecnología se facilita
que el mundo te conozca. Gracias por tu Palabra que es verdad y totalmente Contigo
se cumplió y seguirá cumpliéndose. Yo te alabo y bendigo tu Nombre. La gloria y
honor sean para Ti por los siglos de los siglos.
Un abrazo y bendiciones.
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