No hay duda de que es grande el misterio de nuestra fe: Él se manifestó como hombre; fue vindicado por el Espíritu, visto por los ángeles, proclamado entre las naciones, creído en el mundo, recibido en la gloria.1 Timoteo 3:1-16. NVI.
Lectura: 1 Timoteo 3:16.
Versículo del día: 1 Timoteo 3:16.
MEDITACIÓN DIARIA
Sí; indiscutiblemente es
muy profunda la verdad revelada al cristiano: Cristo el Señor se manifestó como
hombre para poder cargar con nuestro pecado. El Espíritu lo declaró inocente; los
ángeles lo vieron; su mensaje anunciado a las naciones y el mundo creyó en Él.
Llevado al cielo y Dios lo colmó de honores.
Sin lugar a duda alguna,
esto lo podemos ir entendiendo al escudriñar los Evangelios donde conoceremos
todo sobre nuestro Redentor y Salvador. Cuando estemos con Él, arriba en su
presencia, tal vez se nos despoje el resto de la incógnita de este gran misterio
que es Cristo Jesús en nosotros, la esperanza de gloria. Orémosle al autor y
consumador de nuestra fe:
Amado Señor Jesús:
No importa que tu venida al mundo haya estado marcada por un misterio
trascendental, que ha servido para hacerle más bien a la humanidad que mal. Gracias
bendito Redentor por tu obra magistral por nosotros. Sin Ti estaríamos perdidos
en el mundo, pero ahora iremos Contigo cuando nos llames a tu Presencia. Nos
gozaremos de verte exaltado a lo sumo y comprobar que ante tu Nombre toda
rodilla se doblará y toda lengua confesará que Eres el Señor para gloria de Papá
Dios. ¡Alabado seas por siempre bendito Jesús!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario