Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.
Juan 17:3. NVI.
Lectura: Juan
17:1-5. Versículo del día: Juan 17:3.
MEDITACIÓN DIARIA
Esa es la parte vital del
mensaje del Señor Jesús: darnos vida eterna. Él vino al mundo con la misión de
cumplir la obra encomendada por el Padre: ser el Salvador de la humanidad con
su pasión, muerte y resurrección. Cuando recibimos al Señor Jesús en nuestras
vidas también empezamos una relación directa con el Padre y por ende vamos
conociendo poco a poco su voluntad y su propósito con cada uno. Afianzamos
nuestra confianza hacia el único Dios verdadero. Y aunque no entendamos completamente
el misterio de la Trinidad, sabemos por fe que no solamente mora en nuestros
corazones el Hijo, sino también el Padre y el Espíritu Santo.
“Y el testimonio es este:
que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo. El que tiene al
Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida” (1 Juan
5:11-12). Todo el que nace de nuevo con el Señor Jesucristo tiene derecho a la
vida eterna a su lado. ¡Gloria a Dios!
Amado Señor Jesús:
te damos gracias por un día habernos permitido conocerte como nuestro único y
suficiente Señor y Salvador. Gracias porque desde ese momento pasamos a ser
hijos del Padre Celestial que por su amor incondicional nos ha buscado para
hacernos aceptos de su reino. Gracias bendito Señor por tanta gracia derramada
sobre nosotros. Cuando nos llames iremos directo a Tus brazos para gozar
eternamente a Tu lado. ¡Alabamos y bendecimos tu Nombre!
Un abrazo y bendiciones.
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