martes, 12 de mayo de 2020

Oremos para que practiquen el derecho y la justicia


Así dice el Señor: ‘Practiquen el derecho y la justicia. Libren al oprimido del poder del opresor. No maltraten ni hagan violencia al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda, ni derramen sangre inocente en este lugar. 
Jeremías 22:3. NVI.

Lectura: Jeremías 22:1-17.  Versículo del día: Jeremías 22:3.

MEDITACIÓN DIARIA

Este capítulo de Jeremías es un llamado a los gobernantes para practicar como debe ser el derecho y la justicia. Infortunadamente a los mandatarios, poco o nada les interesa hacer caso a esta exhortación; pues no ejercen buscando el bien de los habitantes sino en general, buscan su propio bien y confort.
“¡Ay del que edifica su casa y sus habitaciones superiores violentando la justicia y el derecho! ¡Ay del que obliga a su prójimo a trabajar de balde, y no le paga por su trabajo!” “¿Acaso eres rey solo por acaparar mucho cedro?” (vv. 13 y 15a). Triste decirlo; pero usualmente el que entra a gobernar busca sacar primero su propio provecho y si le queda algo, dedicarlo a los ciudadanos. “Pero tus ojos y tu corazón solo buscan ganancias deshonestas, solo buscan derramar sangre inocente y practicar la opresión y la violencia” (v.17). Y más triste todavía me parece, cuando se trabaja y no se recibe el pago. Vale decir que esto no lo he visto en el gobierno; por lo menos en mi país, pero sí, en empresas particulares. “El obrero es digno de su salario” (1 Timoteo 5:18). Creo que nadie trabaja porque sí o por hobby. Se trabaja porque se necesita.
Aunque todos estos errores veamos; lo mejor que podemos hacer es orar tanto por los gobernantes como por dirigentes empresariales para que haya más justicia.

Padre amado: te damos gracias por nuestros gobernantes y funcionarios que tienen bajo su mando la ocasión de enriquecerse injustamente dejando a los de su pueblo desprotegidos; sin practicar para nada el derecho y la justicia. Perdona Señor este pecado y permite que ellos volteen sus ojos hacia Ti y sus vidas cambien radicalmente. ¡Gracias bendito Señor!

Un abrazo y bendiciones.


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