sábado, 9 de mayo de 2020

Gracias Señor por orar por los tuyos


No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno. 
Juan 17:15. NVI.

Lectura; Juan 17:6-19.  Versículo del día: Juan 17:15.

MEDITACIÓN DIARIA

Desde siempre me ha gustado este versículo de la Biblia y es que a lo largo de mi vida cristiana me he encontrado con personas que infortunadamente son tan legalistas y religiosas que pasan por encima de lo transcendental para darle paso a lo no importante. Así de este modo tuve que enfrentarme a ‘no uses, no hagas, no, no…’; e incluso criticaban que fuera a un entierro, a un matrimonio u otro acto religioso de algún familiar o conocido. Estas cosas chocaban mucho conmigo, puesto que siempre he considerado el cristianismo como un modo de vida y no como una religión. Quizá por todos estos ataques aprendí que era necesario hacer acto de presencia en esos escenarios, porque precisamente allí, era el sitio exacto donde podía llevar el mensaje del Señor. Respecto a esto fue que asimilé aquello de: “no puedo impedir que los pajaritos vuelen sobre mi cabeza, pero sí, que hagan nido allí”. O sea, más o menos a lo que nos exhorta Pablo: “Algunos de ustedes dicen: Yo soy libre de hacer lo que quiera. ¡Claro que sí! Pero no todo lo que uno quiere, conviene; ni todo fortalece la vida cristiana” (1 corintios 10:23 TLA).
Con el transcurso de los años y gracias al Señor tanto en mi familia como en nuestra Iglesia actual, hemos llegado a entender claramente el mensaje de Jesús y tal vez, por revelación del Espíritu Santo estamos aprendiendo, que nuestra vida aquí en la tierra se basa y se sostiene por la gracia de Dios. Tantos ‘nos’ no son para nosotros, porque ya no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia (Romanos 6:14). “lo que vale es la fe que actúa mediante el amor”; “En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Gálatas 5:6 y 14).

Señor Jesús: gracias por revelarnos en tu Palabra que tu oración hecha hace más de dos mil años antes de tu crucifixión es para ponerla en práctica en estos tiempos. Bendito Señor, que podamos movernos libremente por el mundo, con la convicción firme de que seremos testimonios vivos de lo que has hecho en nuestras vidas. Sostennos con tu mano poderosa y no permitas que lleguemos a ser piedra de tropiezo para nadie. ¡Gracias bendito Dios y Señor!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: