sábado, 16 de noviembre de 2019

Un día pronunciaste mi nombre y eso me basta


Pero ahora, así dice el Señor, el que te creó, Jacob, el que te formó, Israel: No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas. Yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. 
Isaías 43:1-3. NVI.

Lectura: Isaías 43:1-7.  Versículos del día: Isaías 43:1-3.

MEDITACIÓN DIARIA

¿Has tenido que cruzar aguas borrascosas o caminos envueltos en llamas abrasadoras que sientes no poder proseguir porque las fuerzas se aminoran y la debilidad aflora? Sí; te entiendo perfectamente porque yo los he atravesado y sé que para nada son fáciles de transitar. Pero es que quizá como en mi caso, se nos olvida en quién hemos creído y quién es el que va delante de nosotros. El versículo del día lo expresa muy claro: “te he llamado por tu nombre; tú eres mío”; te lo dice el que te creó, el que te formó y es tu Amo y Dueño. Esta es una de las promesas de nuestro Señor, Dios y Salvador. Si te ha llamado por tu nombre significa que eres muy importante para Él y eso quiere decir que por grande que sea el problema enfrentado, sus aguas no te anegarán y el fuego no podrá quemarte ni abrasarte. ¿Lo crees? Mira, sé lo que vas a contestar. Yo respondía exactamente lo mismo: ‘quiero creer, pero no veo una salida’. Es porque se nos ha olvidado que la fe es la convicción de lo que no se ve; es tener la certeza de lo que esperamos. Dios está contigo; eres Suyo. Continúa con el firme convencimiento de que saldrás en victoria.
Te invito para que afiances las promesas de Dios para ti y gires la mirada al Único capaz de voltear todas las cosas para nuestro bien.

Amado Señor: Gracias porque un día pronunciaste mi nombre, y aquí estoy Contigo. ¡Eso me basta Señor!¡Te alabo por siempre! Sé que tus planes para mí tienen el sello de bienestar, pero constantemente lo olvido. Perdona mi falta de fe y enséñame a depender de Ti cada segundo de mi vida para afianzarme y recuperar mis fuerzas. Gracias porque te pertenezco Señor y siendo Tú mi Amo Celestial puedo andar tranquilamente porque si tropiezo me tiendes tu mano amorosa para levantarme y proseguir. ¡Te amo buen Dios!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: