Te daré los tesoros de las tinieblas, y las riquezas guardadas en lugares secretos, para que sepas que yo soy el Señor, el Dios de Israel, que te llama por tu nombre.
Isaías 45:3. NVI.
Lectura: Isaías
45:1-7. Versículo del día: Isaías 45:3.
MEDITACIÓN DIARIA
Hay momentos en que nos
sentimos caídos, pensativos y quizá desesperanzados porque no vemos en el
horizonte una luz que ilumine nuestro andar. Entonces, se manifiesta el Gran Señor
que tenemos en el corazón y nos asombra con sus promesas: “Marcharé al frente
de ti, y allanaré las montañas; haré pedazos las puertas de bronce y cortaré
los cerrojos de hierro. Te daré los tesoros de las tinieblas, y las riquezas
guardadas en lugares secretos, para que sepas que yo soy el Señor, el Dios de
Israel, que te llama por tu nombre” (vv. 2-3).
No hay que dudar; así no
lo veamos actuar o cuando más frustrados y solos nos encontremos, el Señor no
está quieto como solemos creer. Él está actuando; sabe que lo amamos a pesar de
caer vez tras vez y su misericordia es tan grande que al vernos llorar nos
envuelve entre sus brazos y nos consuela devolviéndonos ternura y amor a cabio
de nuestra transgresión. Las puertas de bronce y los cerrojos de hierro caerán
porque hay Uno más Poderoso que el maligno para sacarnos avante. Estoy segura
que tal como dice esta Palabra: “Te daré los tesoros de las tinieblas, y las
riquezas guardadas en lugares secretos”, así se cumplirá. No solo lo afirmo ahora.
Es una promesa junto con la de Hageo que mi Señor me regaló hace unos diez o
quince años (Hageo 2:5-9), y yo ahora estoy comenzando a vislumbrarla. Sé que
llegará y muy pronto sucederá.
Mi Amado Señor:
gracias por estar siempre ahí, esperando por cada uno de los tuyos que se ha alejado
o se encuentra desesperado porque no te ve y Tú con tu bondad de siempre lo que
haces es volvernos a cautivar con lazos de ternura para devolvernos la
confianza en Ti y para que sepamos que estás, más que nada, pendiente de
nosotros. ¡Te alabamos bendito Señor! ¡Gracias, muchas gracias!
Un abrazo y bendiciones.
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