No seas demasiado justo, ni tampoco demasiado sabio. ¿Para qué destruirte a ti mismo?
Eclesiastés 7:16. NVI.
Lectura:
Eclesiastés 7:10-22. Versículo del día:
Eclesiastés 6:16.
MEDITACIÓN
DIARIA
Hace
alrededor de quince años, escuché una prédica sobre este versículo y el Pastor
de mi iglesia decía.que, se aplicaba incluso para cuando se era tan meticuloso
en asuntos que no tienen tanta importancia, como cuando se es exagerado con el
orden y el aseo. Esto me cayó exactamente a mí porque creo, que llegue a hacer
un ídolo de lo que era organizar el apartamento.
Fue
ahí entonces, que caí en cuenta que mi mamá una vez me dijo: ‘no voy a volver
porque no quiero ni pisarte el piso de ver lo chinchosa que eres con eso’. Las
palabras del Pastor aquel día me hicieron reflexionar y sí me gusta tener todo
bien, pero no al extremo de hacer sentir mal a las personas que me visitan por
causa del orden. Ya arreglo, organizo como algo muy bonito que debo hacer, sin
sufrir o desesperarme porque se me va a desorganizar. Mucho menos ahora que
tengo a mis adorados nietos. Si ellos vienen de visita quiero que se sientan
como en casa, sin ninguna restricción. Quise compartir este testimonio porque es
un caso real del que puedes estar también atado sin darte cuenta. Tal vez, no
sea tu vivienda pero sí, tu auto. Revisa.
Señor Jesús: gracias por las enseñanzas que día a día nos vas dando.
Gracias porque hasta en los detalles más pequeños estás presente. Te entregamos
todos nuestros quehaceres para que seas Tú mismo administrando nuestro tiempo y
nuestras acciones. ¡Alabamos tu Nombre!
Un
abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario