Me fijé que en esta vida la carrera no la ganan los más veloces, ni ganan la batalla los más valientes; que tampoco los sabios tienen qué comer, ni los inteligentes abundan en dinero, ni los instruidos gozan de simpatía, sino que a todos les llegan buenos y malos tiempos-
Eclesiastés 9:11. NVI.
Lectura: Eclesiastés
9:11-18. Versículo del día: Eclesiastés
9:11.
MEDITACIÓN DIARIA
Me gusta Eclesiastés
porque habla tan escuetamente de verdades que suceden en la vida diaria.
Personalmente he podido comprobar que hay tiempos de bonanza como tiempos de quiebra
y que no importa si se es inteligente o si se goza de simpatía, de riqueza y aún
de valentía. Hoy tenemos abundantemente, mañana no sabemos. Y por experiencia
también sé que cuando llega una, detrás vienen muchas más. “También los hombres
se ven atrapados por una desgracia que de pronto les sobreviene” (v. 12).
Los tiempos de desierto
sirven para poner la mirada en el Único que nos puede sustentar en cualquiera de
las situaciones que se nos presente. Además de eso, al salir hacia la tierra
prometida podemos exaltar el nombre del Señor y dar testimonio de su poder,
amor y lealtad hacia los suyos. No hay que temer pasar esas circunstancias;
cuando lleguen hay que pensar que si el Señor lo permite, también dará la salida.
Amado Señor:
gracias porque cada vez entiendo más el propósito tuyo en tiempos de
adversidad. Tú Eres mi Dios Fiel,
Poderoso y Amador. Todos mis caminos te son conocidos y sabes por dónde
llevarme. A veces pienso que a pesar de tener momentos de alejamiento Contigo,
Tú sigues ofreciéndome ese amor inmutable. Amor que cala hasta lo profundo y me
hace volver a tus brazos para refugiarme bajo tu mirada protectora y tu perdón
inigualable. ¡Te amo Jesús!
Un abrazo y bendiciones.
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