martes, 13 de agosto de 2019

Nuestros cuerpos: ofrendas puras para el Señor


¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios. 
1 Corintios 6:19-20. NVI.

Lectura: 1 corintios 6:12-20. Versículos del día: 1 Corintios 6:19-20.

MEDITACIÓN DIARIA

Pablo nos afirma que el cuerpo es para el Señor y el Señor para el cuerpo (v. 13). También nos habla en la lectura lo siguiente: “Huyan de la inmoralidad sexual. Todos los demás pecados que una persona comete quedan fuera de su cuerpo; pero el que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo” (v. 18). Creo que se nos olvida que nuestro cuerpo es del Señor y por lo tanto no tenemos cuidado con él.
Pienso que hay muchas maneras de hacerle daño al cuerpo aparte de la inmoralidad sexual. Por ejemplo, cuando no lo cuidamos comiendo bien o cuando se le recarga con bebidas alcohólicas o con drogadicción. Cuando sabemos que necesitamos el ejercicio para alguna dolencia en especial o para mantenerlo sano y tampoco lo practicamos. Si nuestros cuerpos son para el Señor debemos tratar de tenerlo de la mejor forma. Por supuesto, no dañarlo con inmoralidad sexual pero tampoco con ninguna otra adicción. Más bien cuidarlo para presentárselo como algo grato para Él. Quizá nunca hemos pensado en estos detalles, aparte de lo relacionado con el área sexual; pero hoy, se nos está enseñando la importancia de cuidar el templo del Espíritu Santo y eso debemos practicar. Hagamos de nuestros cuerpos, ofrendas puras para el Señor en todos los sentidos.

Amado Señor: gracias por tus enseñanzas sobre cómo cuidar nuestro cuerpo. Bien sabemos que dice tu Palabra que, aunque todo nos está permitido no todo nos conviene o nos va a hacer bien; además cuando caemos fácilmente, es porque nos dejamos llevar por las situaciones y no tenemos dominio sobre ellas. Señor, queremos honrarte como lo mereces. Permite que aprendamos a cuidar el cuerpo, de tal manera que te sientas orgulloso de lo que te ofrecemos. ¡Gracias bendito Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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