El pueblo que andaba en la oscuridad ha visto una gran luz; sobre los que vivían en densas tinieblas la luz ha resplandecido.
Isaías 9:2. NVI.
Lectura: Isaías
9:1-7. Versículo del día: Isaías 9:2.
MEDITACIÓN DIARIA
Así es; para eso vino el
Señor Jesús: a traer luz a las naciones. Todos vivíamos en densa oscuridad hasta
que tuvimos la oportunidad de conocerle a Él. El profeta Isaías lo está
anunciando quinientos años atrás. Lo necesitamos y no estaremos completos, si
no lo tenemos con nosotros. Blas Pascal decía “En el corazón de todo hombre
existe un vacío que tiene la forma de Dios. Este vacío no puede ser llenado por
ninguna cosa creada. Él puede ser llenado únicamente por Dios, hecho conocido
mediante Cristo Jesús".
A veces no me preocupa
tanta maldad en un pueblo, porque donde abunda el pecado sobreabunda la gracia. Por más oscuridad que haya, el Señor derrama
su gracia ahí para que pasen hacia la luz verdadera; la que alumbra todo camino.
La humanidad está en oscuridad, desde el mismo momento de la caída. Con el
primer Adán hay pecado, muerte, separación; pero con el último, o sea Cristo,
hay perdón, vida, reconciliación, estamos sellados con el Espíritu Santo (esto
lo veíamos ayer en la prédica de mi Iglesia). Si Jesús aún no está reinando en tu corazón,
puedes invitarle a que entre y tome el control. Él lo hará y te pasará de las
tinieblas hacia la luz para que resplandezcas. Oremos:
Señor Jesús: reconozco
que soy pecador. Yo te necesito; mi vida está en tinieblas, vacía y
desordenada. Te la entrego para que tomes el control de ella y me hagas de
acuerdo a tu santa voluntad. Entra en mí y perdona todos mis pecados. Hoy
decido aceptarte como mi Señor y Salvador. Gracias porque Tú Eres la vida; creo
en Ti y espero con alegría encontrarme Contigo en la patria celestial. Gracias
Jesús.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario