sábado, 31 de agosto de 2019

Ser en verdad sus discípulos


Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo. 
Lucas 14:27 NVI.

Lectura: Lucas 24:27-34.  Versículo del día: Lucas 14:7.

MEDITACIÓN DIARIA

Discípulo es el alumno del maestro del cual se aprende sus enseñanzas. El Señor Jesús es el Maestro por excelencia y de Él aprendieron los primeros apóstoles quienes fueron llamados también discípulos. Personalmente creía que todo el que recibía al Señor se convertía directamente en discípulo, pero ahora me doy cuenta que así no es. Pues una cosa es recibir el perdón de Dios a través de Jesucristo y otra seguir sus enseñanzas. El discípulo no está por encima de su maestro pero cuando se ha preparado bien será como su maestro (Lucas 6:40). Un discípulo de Jesús entra en un aprendizaje permanente para vivir la vida que Jesús vivió siempre queriendo hacer la voluntad del Padre. Recordemos que el Señor Jesús se despojó de todo. “La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y, al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!” (Filipenses 2:5-8).
También nos dice la lectura lo siguiente: “Si alguno viene a mí y no sacrifica el amor a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aun a su propia vida, no puede ser mi discípulo” (v. 26). El amor al Señor debe de estar por encima de cualquier cosa o persona. De ninguna manera es dejar de lado a los padres, cónyuge o hijos; no se puede confundir. Hay muchas cosas por aprender para negarnos y ser verdaderamente sus discípulos; y a esto es a lo que tenemos que llegar si en verdad queremos seguir al Señor. Pienso que no es tan fácil; solamente el amor a Cristo nos puede llevar a querer ser como nuestro Maestro.

Amado Jesús: te rogamos que pongas en nosotros la misma actitud de humildad tuya para que aprendamos a despojarnos de tantas cosas que nos atan en este mundo y en verdad, comenzar a ser testigos sinceros tuyos, de manera tal, que nos consideres tus discípulos y no te defraudemos en la tarea. Gracias buen Jesús.

Un abrazo y bendiciones.

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