jueves, 30 de noviembre de 2017

La lengua es un fuego de maldad

Sin leña se apaga el fuego; sin chismes se acaba el pleito. 
Proverbios 26:20.

Lectura: Proverbios 26:17-28.  Versículo del día: Proverbios 26:20.

MEDITACIÓN DIARIA

A veces pasamos dificultades por ser muy ingenuos o ilusos. Creemos que todos van a responder del mismo modo que lo hacemos y estamos muy equivocados. Con la boca se peca muchísimo bien sea en alegatos, malas palabras, injurias, juzgamientos y en especial hablando más de la cuenta o sea dándole cabida al chisme. “Los chismes son como ricos bocados: se deslizan hasta las entrañas” (v. 22). Lo que quizá no percibimos es que en ocasiones la persona chismosa lleva por dentro heridas que explota haciéndole daño a los que la rodean. Miremos bien la advertencia que nos da aquí la Palabra de Dios para no dejarnos manipular en estos casos: “El que odia se esconde tras sus palabras, pero en lo íntimo alberga perfidia. No le creas, aunque te hable con dulzura, porque su corazón rebosa de abominaciones. Tal vez disimule con engaños su odio, pero en la asamblea se descubrirá su maldad” (vv. 24-26).
El apóstol Santiago en su Carta nos exhorta sobre la lengua y enseña lo siguiente: “También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida” (Santiago 3:6).  “Sin leña se apaga el fuego”: así es; cuando se deja de murmurar, ya las llamas de lo que ha hecho la lengua se calma. Pero fijémonos que no es tan fácil hacerlo para quien ha estado habituado porque por donde quiera que vaya, va a dejar llama prendida. Sin embargo, para el Señor no existen los imposibles y gracias a Dios a eso vino Jesús al mundo: a salvar a los perdidos. No importa que tan pecador se sea con la lengua; puede ser una adicción pero por esa adicción Jesús también ya pagó. Si consideras que ese es tu caso, no te desanimes porque tienes la solución con el Señor Jesucristo.

Amado Señor: Gracias por tu Palabra que siempre nos lleva a la misma conclusión de saber  y entender que absolutamente por todos los pecados ya pagaste. Que la lección nos sirva también para aprender que debemos callar y no ser ligeros al hablar. Gracias por el mensaje que nos dejas y por la gracia recibida en la cruz, donde llevaste todos nuestros pecados. ¡Te alabamos buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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