sábado, 4 de noviembre de 2017

No hay duda: ¡el Señor volverá!

¡Miren que viene en las nubes! Y todos lo verán con sus propios ojos, incluso quienes lo traspasaron; y por él harán lamentación todos los pueblos de la tierra. ¡Así será! Amén. 
Apocalipsis 1:7.

Lectura: Apocalipsis 1:1-8.  Versículo del día: Apocalipsis 1:7.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor Jesús volverá. No hay duda de ello. Será el acontecimiento más esperado por los cristianos; ningún ojo dejará de verlo. Está anunciado aun desde tiempos antiguos; los profetas del Antiguo Testamento también hablaron acerca de este suceso (Daniel 7:13, Zacarías 12:11). El mismo Señor se lo confirmó a sus discípulos: “La señal del Hijo del hombre aparecerá en el cielo, y se angustiarán todas las razas de la tierra. Verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria” (Mateo 24:30). Y cuando el Señor ascendió al cielo y ellos estaban embelesados mirándolo alejarse, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco  quienes les afirmaron lo mismo: “―Galileos, ¿qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse” (Hechos 1:7).
Así que es una realidad que acontecerá. Nuestro amado Jesús volverá y todo ojo lo verá y dice también la Escritura que llorarán los que lo traspasaron (Zacarías 12:10). Ante toda esta Escritura es ineludible que el Señor regresará. “Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan las palabras de este mensaje profético y hacen caso de lo que aquí está escrito, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca” (v. 3 en la lectura). Te insto a que creas este mensaje profético y voltees los ojos hacia Jesús de Nazaret si todavía no lo has hecho. Sin Jesús en tu vida no puede haber remisión de pecados y por consiguiente no tendrías derecho a la vida eterna.  “Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios—, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso (v. 8). Te sugiero que oremos así, si es tu decisión reconocerlo en estos momentos. Mira que el tiempo está muy cerca:

Señor Jesús: Hoy reconozco que soy pecador y que Tú eres el Hijo de Dios, muerto por mis pecados y resucitado para darme el derecho a la patria celestial. Entiendo que vendrás nuevamente y deseo ser parte de los que creen en Ti para gozar de la vida eterna a tu lado. Gracias por perdonarme y limpiarme. ¡Te amo Jesús!

Un abrazo y bendiciones.

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