El pueblo que andaba en la oscuridad ha visto una gran luz; sobre los que vivían en densas tinieblas la luz ha resplandecido.
Isaías 9:2.
Lectura: Isaías
9:1-7. Versículo del día: Isaías 9:2.
MEDITACIÓN DIARIA
Isaías profetisa sobre
la llegada de Jesús al mundo enseñando que es la luz que resplandece en las
tinieblas. Más adelante el Evangelio de Juan nos lo confirma: “En él estaba la
vida, y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz resplandece en las
tinieblas, y las tinieblas no han podido extinguirla” (Juan 1:4-5). Jesús dijo
ser esa luz para que el que la tome ya no ande en más tinieblas sino que tome
la luz de la vida.
Jesús la luz del mundo
vino a eso: a sacarnos de las tinieblas en donde vivíamos para ponernos en lo
alto alumbrando con los destellos de su gracia derramada en cada uno de los que
le hemos conocido y recibido. La luz nos permite distinguir entre un objeto y
otro. La luz representa lo bueno mientras las tinieblas lo malo. Y así es.
Nosotros todos iguales de malos necesitamos un Salvador (Romanos 3:23) para
poder llegar a Dios y tener derecho a la vida eterna. El Señor Jesús es la luz
de revelación a los gentiles. Por eso ahora somos pueblo de Dios, llamados a
proclamar las obras maravillosas de Aquel que nos sacó de esa oscuridad hacia
la luz. Entonces, portémonos como tales. Dejemos que su luz destelle en
nuestras vidas de manera que los del mundo vean en nosotros diferencia.
Amado
Señor: Queremos ser luz porque Tú eres Luz. Permite que siempre vayamos por el
camino correcto llevando tus resplandores para alumbrar a otros y a la vez para
ofrecerles el calor de amor que reflejas en nuestras vidas. Gracias bendito
Señor.
Un abrazo y
bendiciones.
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