lunes, 27 de noviembre de 2017

Piezas maravillosas esculpidas por manos prodigiosas

Señor, tú eres mi Dios; te exaltaré y alabaré tu nombre porque has hecho maravillas. Desde tiempos antiguos tus planes son fieles y seguros. 

Isaías 25:1.

Lectura: Isaías 25:1-12.  Versículo del día: Isaías 25:1.

MEDITACIÓN DIARIA

¡Claro que el Señor ha hecho maravillas! No puede haber ni uno solo que diga lo contrario si el Señor ha sido su Salvador y el centro de su vida. Repasando la predicación dominical de mi Iglesia y ver cómo el Señor obra en la vida de sus escogidos, no puedo también dejar de alabarle y de exaltarle porque recordando mis tiempos antiguos he podido constatar su fidelidad y amor a lo largo del camino.
Igual que lo decía el Pastor hablando de su propio testimonio yo también digo: ‘a tu manera Señor trataste conmigo’; testimonio muy diferente pero testimonio al fin de cuentas. Casi siempre el Señor comienza con moldearnos a su antojo (llamémoslo disciplina). No es fácil porque es eso: disciplina; y cuando Él nos da vueltas y revueltas en su mano prodigiosa, duele muchísimo. Yo misma en ocasiones le pregunto: ¿Hasta cuándo Señor? Porque a veces le repito: ‘creo que ahora si acabaste’ y ¡saz! Un nuevo golpe me sacude. Han sido tantas las veces, que precisamente me ha mostrado dos cosas: la primera que soy tan especial para Él que no quiere soltarme de su mano así me duela, y la segunda, tal vez la más extraordinaria, no podría alabarle y adorarle porque si no hubiese sido por aquello que me atormentaba no podía contar sus maravillas. Es que cuando conocemos al Señor señalamos un primer testimonio, pero a medida que vamos creciendo, vamos experimentando día tras día su amor inagotable y su misericordia por doquier.
“¡Sí, este es nuestro Dios; en él confiamos, y él nos salvó! ¡Este es el Señor, en él hemos confiado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación!” (v. 9). Oro para que tú permitas igual: que Jesús entre a gobernar tu vida y puedas contar en un futuro próximo las maravillas realizadas contigo. Dios es fiel y el mejor Alfarero que existe. Permite ser para Él, la pieza de barro mejor esculpida por las manos divinas.

Amado Señor: Es imposible dejar pasar los días sin contar la historia de nuestra vida a tu lado. Cada uno tenemos la adecuada y se nos antoja que es irrepetible y única la propia. La mía por lo menos mi Señor ha sido desbaratada por completo; pero al final, no la reconstruida sino la nueva, sale a relucir como tesoro extraordinario en una pieza tallada con detalles. ¡Por eso te alabo y te doy gracias mi Dios y Rey!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: