viernes, 3 de noviembre de 2017

¡Déjate transformar por Jesús!

No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. 
Romanos12:2.

Lectura: Romanos 12:1-8.  Versículo del día: Romanos 12:2.

MEDITACIÓN DIARIA

Cuando conocemos al Señor Jesucristo así no hayamos sido criminales ni malhechores, si tenemos cantidad de vicios que creemos incluso  estaban bien vistos porque la misma sociedad los aprueba, cuando en realidad como cristianos entendemos que no es así. Hay que cambiar nuestra forma de pensar, y de este modo, poco a poco el Espíritu Santo quien es el que va haciendo su obra regeneradora en nosotros va sacando de nuestro interior todo aquello que está mal a los ojos de Dios, pero que no lo entendíamos en nuestra vieja naturaleza.
El Señor le ordenó a su pueblo Israel que al entrar a la tierra prometida, no podían seguir las costumbres abominables que ellos hacían ni pervertir la justicia (Éxodo 23:2; Deuteronomio 18:9-14). El Sacerdote Esdras también los exhorta a dar gloria a Dios y a hacer lo que a Él le agrada apartándose de los paganos y de las mujeres extranjeras (Esdras 10:11). Todo esto nos debe servir de ejemplo a los nacidos de nuevo en el Señor Jesucristo porque somos su pueblo, y lo lograremos en la medida en que vayamos creciendo de acuerdo a su Palabra.
Aprendamos a revestirnos con traje nuevo: “Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; ser renovados en la actitud de su mente; y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad” (Efesios 4:22-24). La vida que llevábamos antes queda atrás porque empezamos a ser nueva creación a los ojos de Dios; nuestros pensamientos antiguos tienen que cambiar y nuestro vestido debe ser el de una nueva vida honesta y santa de verdad como corresponde a personas que Dios ha vuelto a crear para ser como Él. Por eso, si ya conoces al Señor: ¡Déjate transformar por Él!

Amado Señor: En verdad, la única manera de transformarnos y renovarnos es cuando te conocemos y deseamos agradarte haciendo tu voluntad. Enséñanos bendito Dios a dejar atrás el mundo que antes nos tenía cautivos y que podamos vivir ahora una vida completamente nueva Contigo y para Ti. ¡Muchas gracias buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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