miércoles, 8 de noviembre de 2017

Vence el mal con el bien

No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. 
Romanos 12:17.

Lectura: Romanos 12:9-21.  Versículo del día: Romanos 12:17.

MEDITACIÓN DIARIA

En un devocional pasado hablaba sobre transformarnos de acuerdo a la naturaleza nueva que como cristianos ya tenemos. Ahora continuando con este capítulo, el apóstol Pablo nos exhorta a mostrar un amor sincero aferrándonos siempre a hacer el bien (v. 9). Al respecto, en mi parecer, hay personas que por esencia tienen el don de dar con generosidad (Romanos 12:8), y aunque el resto las critique, considero que a los ojos de Dios están haciendo lo correcto. Teniendo en cuenta que la generosidad es parte del amor fraternal y que hay que procurar hacer lo bueno delante de todos sin importar si de ellos hemos recibido lo mejor, nos corresponde dar. Dar en la medida total que Dios quiere que lo hagamos. O sea, no se limita ese dar solamente a lo material sino también a lo emocional y espiritual: dar un consejo, una palabra de ánimo, una enseñanza, un abrazo, una sonrisa. Dar es compasión, es socorrer.
El dicho de: ‘Haz el bien sin mirar a quién’ es muy acertado porque a eso nos llama el Señor. En la lectura nos dice que incluso si es nuestro enemigo y tiene hambre, hay que darle de comer; y si tiene sed hay que darle de beber. Que actuando de ese modo, la persona se avergonzará de su mala conducta (v. 20); y ahí está el detalle porque nos queda muy fácil amar al que nos hace bien, más no, al que nos hace mal.  A parte de esto, siempre lo he dicho: Dios no se queda con nada guardado. Termino con las mismas palabras dadas por Pablo: “No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien” (v. 21).

Amado Señor: ¡Qué difícil es para nosotros devolver bien por mal! Pero muchas gracias buen Señor porque constantemente estás ahí para instruirnos y enseñarnos a practicar el verdadero amor de la misma manera que lo hiciste con nosotros. Te rogamos que nos lleves de tu mano y nos dirijas a dar con la generosidad que demandas que lo hagamos. ¡Te alabamos Señor y te bendecimos! ¡Siempre tienes la Palabra exacta para compartirnos!

Un abrazo y bendiciones.

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