Todo mi ser te desea
por las noches; por la mañana mi espíritu te busca.
Isaías 26:9.
Lectura: Isaías
26:1-10. Versículo del día: Isaías 26:9.
MEDITACIÓN DIARIA
¿En quién tienes puesta
tu confianza? ¿En el agorero, en el brujo o en el horóscopo quizá? De pronto
confías en tus padres (no está mal que lo hagas), está mal cuando los pones a
ellos por encima de Dios. ¿Pero sabemos tener paciencia y esperar los designios
del Señor? ¿O nos lanzamos de una vez al ruedo y la paz se agotará?: “Al de
carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. Confíen en el
Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna” (vv.3-4). Puede ser que
nos creamos bien cimentados y no nos percatemos que nos falta confianza en
nuestro amado Señor. El profeta Isaías aquí nos exhorta a tener una relación
con el Señor donde brille la confianza de tal modo que si no llega pronto lo
que buscamos, tenemos que agregar paciencia y persistir. La paciencia es
importante para Dios porque es un signo de confianza.
Cuando todos estos
ingredientes se den (confianza, paciencia, persistencia), es el momento de
rendirnos completamente. De volcar todo nuestra adoración hacia Él y desear en la noche dormir a su
lado sin dejar apagar la llama del amor que le hemos profesado, para que en el
nuevo amanecer lo busquemos con espíritu apacible y calmado. Solemos
encontrarnos más íntimamente con nuestro Amado, en un remanso de paz que en
medio de ofuscación y tensión. “Sí, en ti esperamos, Señor, y en la senda de
tus juicios; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra vida” (v. 8).
Amado Señor: Añoramos
estar siempre a tu lado. Enséñanos a confiar en Ti como deseas que lo hagamos.
Señor, que no estropeemos la obra de tus manos por no saber esperar. Gracias
por tu Palabra que siempre nos guía a buscarte como al mejor de los enamorados.
¡Te amamos Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
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