sábado, 30 de diciembre de 2017

Mi Dios es bueno, extremadamente bueno

Tú coronas el año con tus bondades, y tus carretas se desbordan de abundancia. 
Salmo 65:11.

Lectura: Salmo 65:1-13.  Versículo del día: Salmo 65:11.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor es bueno y se pasa en sus bondades. El año llega a su fin y sus bendiciones continúan. Nadie puede decir que no ha sido bendecido en este que termina. El solo hecho de amanecer cada día respirando es ya una bendición; es un regalo más de nuestro Papá. Hagamos un recuento de todo lo recibido en el 2017. Seguramente hubo cosas buenas, no tan buenas y malas. Pero aun en la adversidad como dice el profeta Habacuc: “Aun así yo me regocijaré en el Señor, ¡me alegraré en Dios, mi libertador” (Habacuc 3:17-18). 
Personalmente tengo que agradecerle al Señor la salud, no solo la mía sino la de toda mi familia. Agradecerle por la llegada de nuestro segundo nietecito Lucas, quien continuó lo empezado con Juanita al venir a traernos nuevas ilusiones y motivaciones. Ellos han sido el perfume, la alegría y el desafío en el ocaso de nuestros años. Vi la mano del Señor permitiendo que mi Sarita terminara su carrera; la vi igual al protegernos del imparable y tenebroso Huracán Irma.  Y para culminar el año nos permitió hacer unos negocios inmobiliarios donde solo su mano bondadosa pudo actuar. ¡Mi Dios es bueno, extremadamente bueno!

¡Sí Señor! A Ti te pertenece la alabanza y a Ti se te deben cumplir los votos porque Tú escuchas la oración. Eres Tú quien nos respondes con tu mano prodigiosa calmando vientos y tempestades, sanando heridas y levantando al caído. Eres Tú quien velas por la mujer desamparada y los niños abandonados. ¡A Ti te damos la honra y gloria por los siglos de los siglos!  ¡Tú eres un Dios misericordioso! El año termina repleto de tus favores. Gracias, muchas gracias buen Señor.

Un abrazo y bendiciones. 

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