miércoles, 27 de diciembre de 2017

Nuestro cuerpo como oro, incienso y mirra para adorarle

Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra. 
Mateo 2:11.

Lectura: Mateo 2:1-12.  Versículo del día: Mateo 2:11.

MEDITACIÓN DIARIA

Los Sabios de Oriente, llamados reyes magos tradicionalmente, estaban siguiendo la estrella que anunciaba el nacimiento de Jesús y de este modo llegaron a la casa donde lo encontraron con su madre. Le llevaban como regalos oro, incienso y mirra. Le presentaron oro como al Rey que era. Incienso como a Dios y  mirra como a hombre. En el transcurrir de nuestra vida cristiana le ofrecemos al Señor diferentes cosas tales como ayunos, vigilias, o algo que nos gusta demasiado, pero sería muy bueno y diferente que nos detuviéramos a mirar hacia atrás y nos fijáramos de dónde nos rescató el Señor. Quizá venimos andando por el desierto de nuestra vida igual como aquellos magos de oriente que llegaban de tierras lejanas, hasta que encontramos al Rey de Reyes que nos acoge bajo su manto para perdonarnos y darnos vida eterna. En este caminar tenemos adversidades que nos purifican como al oro y nos hacen cada vez más aceptos a Él. En sus manos somos acrisolados como el oro. El incienso se convierte en las oraciones que elevamos y llegan al trono de la gracia; deben ser parte de nuestra vida espiritual y marcar la relación íntima con el Padre. Y la mirra es el grato olor de Cristo que somos para Dios. Estos deben ser nuestros regalos cotidianos para el Gran Señor de señores. Así que de ahora en adelante ante las pruebas no nos quejemos sino alabemos al Señor; oremos sin cesar y no dejemos de emitir el olor fragante de Cristo recordando que somos el oro, el incienso y la mirra ofrecida.

Amado Jesús: Queremos entregarte nuestras vidas de tal manera que recibas esta ofrenda presentando nuestro cuerpo en adoración espiritual como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. Que este sea el oro, el incienso y la mirra que venimos a brindarte para adorarte como lo mereces. ¡Te adoramos Señor y honramos tu Nombre!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: