Y lloraba yo mucho porque no se había encontrado a nadie que fuera digno de abrir el rollo ni de examinar su contenido.
Apocalipsis 5:4.
Lectura: Apocalipsis
5:1-14. Versículo del día: Apocalipsis
5:4.
MEDITACIÓN DIARIA
No se había encontrado
a nadie ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra digno de romper
el rollo y abrir los siete sellos y Juan lloraba por esto (vv. 1-3). Pero
¡Gloria a Dios que hay una gran noticia! Uno de los ancianos le reprocha a
Juan: “¡Deja de llorar, que ya el León de la tribu de Judá, la Raíz de David,
ha vencido! Él sí puede abrir el rollo y sus siete sellos” (v. 5). ¡El Cordero
de Dios fue inmolado y ha vencido! Él es el único digno de recibir la adoración
de los seres vivientes y de los ancianos. Cada uno de ellos tenía un arpa y
copas de oro llenas de incienso que son las oraciones de los santos. ¡Es
hermoso saber esto! Nuestras oraciones llegan al trono celestial como olor
fragante para nuestro buen Señor. ¡Desde aquí estamos siendo partícipes de la
adoración en el cielo! La verdad nunca me había percatado de ese lindo detalle.
Claro, nosotros ya
somos parte del linaje escogido por Dios, somos su real sacerdocio y entonces
entramos al trono de la gracia para ser partícipes de toda la honra y gloria
que merece nuestro bien amado Salvador: “Digno eres de recibir el rollo escrito
y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado, y con tu sangre compraste
para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación. De ellos hiciste un
reino; los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra” (vv. 9-10).
Amado Señor: ¡Eres el
Cordero sacrificado digno de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la
fortaleza y la honra, la alabanza y la gloria por los siglos de los siglos!
Eres nuestro bendito Salvador. Recibe buen Jesús nuestras oraciones como aroma perfumada
para Ti. Gracias por todo lo que hiciste en esa cruenta cruz solo por amor. ¡Te
amamos Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
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