Por eso dice el Señor omnipotente: ¡Yo pongo en Sión una piedra probada!, piedra angular y preciosa para un cimiento firme; el que confíe no andará desorientado.
Isaías 28:16.
Lectura: Isaías 28:16-29. Versículo del día: Isaías 28:16.
MEDITACIÓN DIARIA
La profecía de Isaías
se cumplió: el Señor Jesucristo es la piedra angular y preciosa que desecharon los
constructores (Marcos 12:10). Jesucristo mismo es esa piedra angular: “En él
todo el edificio, bien armado, se va levantando para llegar a ser un templo
santo en el Señor” (Efesios 2:21). De otro lado nos dice la lectura que el
agricultor ara para sembrar y lo hace sin descanso alguno. Después de
emparejarlo riega la semilla y lo cultiva: “Es Dios quien lo instruye y le
enseña cómo hacerlo” (v. 26 en la lectura).
Bien sea que
construyamos o que aremos, lo hacemos para la gloria de Dios sobre el cimiento
que es Jesús. Si estamos construyendo vamos edificando un edificio tal que
llega a ser templo santo. Nosotros formamos parte esencial en esa obra
precisamente con el fin de tener un hermoso campo donde sembremos las semillas,
de tal modo que cada una produzca el fruto en el lugar debido. Ya sabemos entonces
cuál es nuestra misión después de estar construidos: esparcir semillas bajo la
dirección del Señor. Somos constructores y a la vez agricultores del reino de
Dios.
Amado Señor: Tú eres la
piedra angular y sobre tu fundamento queremos no solo construir nuestra vida
sino también ayudar a la de otros tantos. Enséñanos a regar la buena semilla en
el campo para que tu Palabra se expanda produciendo frutos agradables para Ti.
Gracias buen Jesús. ¡Te alabamos y te adoramos!
Un abrazo y
bendiciones.
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