Pero, cuando él estaba considerando hacerlo, se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
Mateo 1:20-21.
Lectura: Mateo
1:18-25. Versículos del día: Mateo
1:20-21.
MEDITACIÓN DIARIA
José era el prometido
de María y aún no se habían casado cuando supo de su embarazo. Él que era
obediente a la ley de Dios no quiso avergonzarla y prefirió romper secretamente
su compromiso (v. 19). Mientras pensaba en todo esto un ángel del Señor se le
apareció en sueños y le confirmó que el embarazo de María era obra del Espíritu
Santo. Así que llevó con mucha altura la misión encomendada de quien sería el
salvador de la humanidad. Era un hombre humilde, trabajador y responsable. Ante
todo es de admirar el respeto, amor y consideración que sentía por María. En
ese tiempo y dentro de la ley judía el tema de un embarazo sin estar casada la
mujer era muy delicado. Debió ser un momento difícil tanto para María como para
él.
Cuánto bien harían los
señores aprendiendo de José. Me aterra pensar que ahora el sexo es el pan de
cada día y de la novia de turno, sin valorar en nada lo que significa en sí una
relación de este tipo. Cuántos hombres hay que se ufanan de ser cazadores de
mujeres dejando más por el suelo la dignidad de la mujer: “Hombres necios que
acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que
culpáis” (Juana Inés de la Cruz). No estoy disculpando a las mujeres, pero sí
considero que la mayor responsabilidad recae sobre el hombre puesto que él,
quiera o no es cabeza. Definitivamente Dios puso los ojos en José porque vio
que trataría a María como a vaso más frágil y con su amor y comprensión la
apoyaría. ¿Usted caballero trata a su esposa como a vaso más frágil? Mi oración
es porque los hombres ocupen el lugar asignado por Dios desde el principio de
la creación. Esto ayudaría mucho a la mujer a sentirse protegida y a la vez
amada.
Bendito Señor: Hoy
elevo mi oración por los caballeros que leen o siguen este devocional, para que
toques sus corazones y entiendan que el amor hacia la mujer debe ser sincero,
puro y sin mancilla. Te doy gracias por ellos buen Dios y te ruego que a cada uno
le des el discernimiento necesario para saber llevar las relaciones amorosas
bajo los parámetros dados por Ti. Pon en sus corazones el querer ser hombres de
bien que ayuden al crecimiento de la sociedad, no al detrimento. Gracias,
muchas gracias Señor.
Un abrazo y
bendiciones.
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