Tan pronto como Elisabet oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre. Entonces Elisabet, llena del Espíritu Santo, exclamó: ―¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el hijo que darás a luz!”. Lucas 1:41-42.
Lectura: Lucas
1:39-45. Versículos del día: Lucas
1:41-42.
MEDITACIÓN DIARIA
He pensado en el
regocijo de María de verse escogida entre las mujeres por el hijito que daría a
luz, y al leer con detenimiento el Evangelio de Lucas en este primer capítulo,
el Espíritu Santo también me dice: ―¡igual eres bendita! ¿Acaso no tienes a
Jesús en tu corazón? Y yo dije: ―Sí
Señor, así es. Por favor amado Jesús, refleja en mí tu rostro para que las
personas que me vean o frecuenten, se sientan atraídas hacia Ti por el loor de
tu fragancia en mi ser.
Les comparto mi
experiencia porque cada uno de nosotros somos ricamente bendecidos desde el día
que decidimos aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador, Pero no nos
podemos quedar con ese regalo tan precioso y excluir a los demás. Precisamente
lo que el Señor desea es que lo reflejemos ante el mundo no solo con hechos
sino con su Palabra dada a conocer. Los exhorto y a la vez les dejo mi
testimonio pidiéndole al buen Dios, que nos impulse a llevar con su bálsamo, a
otros a sus pies. Somos bendecidos, para bendecir del mismo modo.
Sí amado Señor: permite
que en los tuyos destile tu presencia por doquier y seamos siervos útiles en la
obra regeneradora de los que no te conocen. Humildemente te decimos:
¡utilízanos Señor! Somos tus siervos y queremos hacer tu voluntad.
Un abrazo y
bendiciones.
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