Señor, ten compasión
de nosotros; pues en ti esperamos. Sé nuestra fortaleza cada mañana, nuestra salvación en tiempo de angustia.
Isaías
33:2.
Lectura: Isaías
33:1-6. Versículo del día: Isaías 33:2.
MEDITACIÓN DIARIA
Nuestro devocional debe
ser el alimento que necesitamos cada mañana para poder empezar el nuevo día: “Por
la mañana hazme oír tu misericordia, porque en ti confío; enséñame el camino
por el que debo andar, pues a ti elevo mi alma” (Salmo 143:8 LBLA). Aquí se
afianzan los lazos con el Señor y por consiguiente la confianza aumenta; pues
su Palabra también nos afirma: “Ciertamente ninguno de los que esperan en ti
será avergonzado; sean avergonzados los que sin causa se rebelan” (Salmo 25:3
LBLA).
Si el Señor es en
verdad nuestro Señor, es Él quien se encarga de dirigir nuestros pasos y de
renovar las fuerzas; por eso también dice la Escritura que cada día lleva su
propio afán (Mateo 6:34). Lo mejor es no volver al pasado para no amargarnos y tampoco
sufrir por el futuro. Apropiémonos del cada día porque es del ‘hoy’ que el
Señor quiere bendecirnos. Y esto no lo hace por hacernos sufrir o porque le
guste que andemos en aflicción, es que creo es la manera de enseñarnos
precisamente a confiar plenamente en su voluntad.
Para tener en cuenta y
llevar a la práctica: el devocional diario sin falta y en la mañana. En alguna
parte leí que su Palabra era el alimento y la oración el aire que nos oxigena.
Estos dos elementos son los que conforman el devocional. Al igual que
físicamente no podemos vivir sin alimento y oxígeno, espiritualmente sucede lo
mismo.
Padre Celestial: Te
damos gracias por enseñarnos a tener una relación completamente dependiente de
Ti viviendo el día tras día. Gracias Señor por poder hablar Contigo en las
mañanas y comentarte llenos de confianza nuestras cargas, angustias, alegrías, ilusiones
y metas esperadas. Nos sometemos a Ti y esperamos con fe tu buena voluntad. ¡Te
amamos y te adoramos!
Un abrazo y
bendiciones.
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