sábado, 16 de diciembre de 2017

Si queremos ser escuchados por el devocional debemos comenzar


Señor, ten compasión de nosotros; pues en ti esperamos. Sé nuestra fortaleza cada mañana, nuestra salvación en tiempo de angustia. 

Isaías 33:2.

Lectura: Isaías 33:1-6.  Versículo del día: Isaías 33:2.

MEDITACIÓN DIARIA

Nuestro devocional debe ser el alimento que necesitamos cada mañana para poder empezar el nuevo día: “Por la mañana hazme oír tu misericordia, porque en ti confío; enséñame el camino por el que debo andar, pues a ti elevo mi alma” (Salmo 143:8 LBLA). Aquí se afianzan los lazos con el Señor y por consiguiente la confianza aumenta; pues su Palabra también nos afirma: “Ciertamente ninguno de los que esperan en ti será avergonzado; sean avergonzados los que sin causa se rebelan” (Salmo 25:3 LBLA).
Si el Señor es en verdad nuestro Señor, es Él quien se encarga de dirigir nuestros pasos y de renovar las fuerzas; por eso también dice la Escritura que cada día lleva su propio afán (Mateo 6:34). Lo mejor es no volver al pasado para no amargarnos y tampoco sufrir por el futuro. Apropiémonos del cada día porque es del ‘hoy’ que el Señor quiere bendecirnos. Y esto no lo hace por hacernos sufrir o porque le guste que andemos en aflicción, es que creo es la manera de enseñarnos precisamente a confiar plenamente en su voluntad.
Para tener en cuenta y llevar a la práctica: el devocional diario sin falta y en la mañana. En alguna parte leí que su Palabra era el alimento y la oración el aire que nos oxigena. Estos dos elementos son los que conforman el devocional. Al igual que físicamente no podemos vivir sin alimento y oxígeno, espiritualmente sucede lo mismo.

Padre Celestial: Te damos gracias por enseñarnos a tener una relación completamente dependiente de Ti viviendo el día tras día. Gracias Señor por poder hablar Contigo en las mañanas y comentarte llenos de confianza nuestras cargas, angustias, alegrías, ilusiones y metas esperadas. Nos sometemos a Ti y esperamos con fe tu buena voluntad. ¡Te amamos y te adoramos!

Un abrazo y bendiciones.

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