La corona del anciano son sus nietos; el orgullo de los hijos son sus padres.
Proverbios 17:6.
Lectura: Proverbios
17:1-28. Versículo del día: Proverbios 17:6.
MEDITACIÓN DIARIA
Poder gozar a los
nietos es una bendición. Una bendición que va de la mano de la promesa de
honrar a padre y madre que afirma que por esto tendremos larga vida. De Job
dice la Biblia, que vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos hasta la cuarta
generación (Job 42:16-17).
Creo que así como los
hijos se sienten orgullosos de sus padres, los abuelos se sienten adornados con
los nietos. Escuchaba de diferentes personas el amor que se le tenía a los
nietos pero eso no se sabe hasta que no se experimenta. De verdad que ellos son
el aderezo, el ingrediente balsámico que
llegan en el ocaso de nuestras vidas para refrescarlas y volverlas a llenar de
ilusión. Ellos son la savia que viene a nutrir el árbol genealógico del que
también fuimos formados. Transportan en sus genes parte de nuestro carácter,
nuestros gustos, nuestros sueños e ilusiones. El amor de los abuelos por los
nietos, es un amor relajado, sin compromiso porque ya la obligación de
formarlos y educarlos recae básicamente en los padres y nosotros estamos ahí,
solamente para dar amor y mimos.
Si ya tenemos nietos
gocémonos con ellos todo el tiempo que tengamos disponible; y si no se tienen,
empecemos por cumplir con el mandato de honrar a los padres para alcanzar la
dicha de tener en nuestros brazos a esos pequeños que en últimas serán la
continuidad de la fe que profesamos y esto es algo muy importante que debemos
aportar como los ancestros de estas nuevas generaciones. Ser abuelo es el
regalo último de Dios; es el premio obtenido en la carrera de la vida. ¡Dios
bendiga a nuestros nietos!
Amado Señor: Te damos
gracias por la vida de nuestros nietecitos y permite que podamos gozarnos de
tenerlos, acariciarlos y consentirlos de
tal manera que siempre seamos el reflejo para ellos, de abuelo(a) bonachón, que
con amor los lleva por el sendero que nos has enseñado y que queremos dejarles como
herencia. ¡Gracias buen Dios!
Un abrazo y
bendiciones.
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