¡Sean reconocidos sus logros, y públicamente alabadas sus obras!
Proverbios 31:31.
Lectura: Proverbios
31:10-31. Versículo del día: Proverbios 31:31.
MEDITACIÓN DIARIA
Hablemos de la mujer y
de su papel principal, que es su hogar. A veces creo que se distorsionan las
cosas y se cree que la prioridad de la mujer y aun la del hombre debe ser la
Iglesia y así no es. En Mateo 16:18 el Señor dijo: “y sobre esta piedra
edificaré mi iglesia”. El Señor mismo se encarga de edificar su Iglesia y no
nosotros. De igual manera cualquier persona que tenga un cargo u oficio en la
Iglesia debe tener en cuenta las palabras de Pablo dirigidas a Timoteo de gobernar
bien su casa; “porque el que no sabe gobernar su propia familia, ¿cómo podrá
cuidar de la iglesia de Dios?” 1 Timoteo 3:4-5. Esto nos deja muy claro que
nuestra primera prioridad es el hogar. Y si vamos a la lectura del día nos
encontramos que la mujer virtuosa es toda un ama de casa: hacendosa, vigilante
de la alimentación de los suyos, colaboradora en los oficios que pueden dejarle
alguna ganancia; se complace al ver la prosperidad de sus negocios. Además es
generosa ayudando al necesitado; refleja fuerza y dignidad y no le tiene miedo
al porvenir; habla con sabiduría e instruye con amor. Su esposo es respetado en
la comunidad; siempre dicen que detrás de un gran hombre, hay una gran mujer.
Una mujer que apoya, que levanta, que bendice. Esta es la mujer ejemplar. La
que es alabada no solamente por su esposo sino también por sus hijos. Es la
mujer que teme al Señor y sabe perfectamente cuál es su rol en medio de la
sociedad. Ahora la mujer trabaja fuera de casa para colaborar con los gastos
financieros. Aun así, no debe perder su perspectiva como mujer que teme a Dios.
Ubiquemos nuestras prioridades en el lugar que le corresponde a cada una para
no tener equivocaciones. Primero mi relación con Dios, luego familia, trabajo e
Iglesia. La mujer que sabe manejar bien sus prioridades se convierte en una
mujer que es ejemplo donde quiera que se mueva y hay que reconocerla como tal.
Gracias Señor por la
mujer creada para ser ayuda idónea del hombre. Gracias por habernos formado con
cualidades diferentes a ellos, precisamente para ser el complemento ideal y
formar entre los dos el todo completo. Gracias porque nos has dado una
capacidad insuperable de valentía y fortaleza llena de bondad, dulzura y
ternura que no nos cuesta dar. Solo te pedimos que cada día seamos más
portadoras de esos dones con los que nos has dotado y podamos brindar a nuestra
familia y sociedad un halo del amor tuyo reflejado en nosotras.
Un abrazo y
bendiciones.
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