No temerá recibir malas noticias; su corazón estará firme, confiado en el Señor.
Salmo 112:7.
Lectura: Salmo
112:1-10. Versículo del día: Salmo 112:7.
MEDITACIÓN DIARIA
La vida no es un
dechado de rosas o si lo es, recordemos que estas tienen espinas y espinas que
se clavan profundo y duelen. Así que tendremos días felices y días tristes. No
por ser cristianos estamos exentos de aflicciones; el Señor mismo nos dijo que
las tendríamos en el mundo pero que confiáramos en Él, puesto que Él venció al
mundo (Juan 16:33). Una consecuencia de estar firmes en la adversidad nos la da
el versículo 1 de la lectura: si tememos al Señor y nos deleitamos en sus
mandatos, no importan las tempestades que vengan con vendavales y tornados.
Recordemos que todas las cosas nos ayudan a bien; después de la tormenta
llegará la calma y la veremos cargada de luz resplandeciente y de suave y
apacible clima. El Señor sabe muy bien por donde nos llevará. Lo importante es
entender que estamos siempre de su mano, firmes en la fe y que así no lo veamos con nuestros ojos carnales,
más allá con los espirituales podremos vislumbrar un horizonte abierto y claro
para su gloria. “Si en el día de la aflicción te desanimas, muy limitada es tu
fortaleza” (Proverbios 24:10).
Nuestra confianza no
debe estar puesta en lo nuestro ni en lo terrenal, ni en lo que vemos
inmediato. Está cimentada en Dios y su Palabra que no nos hace vacilar ni
tambalear y que nos permite salir de ese Egipto de la esclavitud manteniéndonos firmes, como viendo al Invisible
al igual que Moisés (Hebreos 11:27). Esta firmeza nos debe conducir a la
adoración y a la alabanza, en vez de dejarnos llevar por la quejabanza: “Firme
está, oh Dios, mi corazón; ¡voy a cantarte salmos, gloria mía!” (Salmo 108:1); “¡aun
así me alegraré en el Señor! ¡Me gozaré en el Dios de mi salvación!” (Habacuc
3:18).
Amado Señor: gracias
porque tu Palabra que es la que nos da vida y sostiene, nos dice que todas
las cosas nos ayudan a bien y lo creemos, lo manifestamos y declaramos. Aumenta
nuestra fe para que en tiempos de dificultad nos sustentemos en ella y no
tambaleemos. Gracias porque tu poder se manifiesta en la debilidad. ¡Te amamos
Señor y te damos toda la honra y la gloria por siempre!
Un abrazo y
bendiciones.
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