martes, 21 de marzo de 2017

Abigail, ejemplo de mujer virtuosa

David le dijo entonces a Abigaíl: ¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que te ha enviado hoy a mi encuentro! ¡Y bendita seas tú por tu buen juicio, pues me has impedido derramar sangre y vengarme con mis propias manos! 
1 Samuel 25:32-33.

Lectura: 1 Samuel 25:1-44.  Versículos del día: 1 Samuel 25:32-33.

MEDITACIÓN DIARIA

Este capítulo nos relata la historia de Nabal, hombre rico y propietario de una hacienda en Carmel, que en vez de ayudar a David y sus hombres quiso hacerles mal, mientras que Abigail su esposa, mujer sabia resuelve ir al encuentro de David y reponer el daño causado. Abigail es el ejemplo de la mujer ejemplar; de la mujer que nos habla Proverbios 31. La que busca el bienestar de su hogar apagando llamas y no echándole más leña al fuego “Ella le es fuente de bien, no de mal, todos los días de su vida”: la que “Decidida se ciñe la cintura”; “Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir. Cuando habla, lo hace con sabiduría; cuando instruye, lo hace con amor” (Proverbios 31:17 y 25-26). Abigail no temió ir a remediar el agravio de su esposo Nabal e impedir con su actitud que David se vengara por sus propias manos (v. 26 en la lectura). Además de eso, le habló con palabras no solo sabias sino proféticas sobre lo que sería su reinado: “Ciertamente, el Señor le dará a usted una dinastía que se mantendrá firme, y nunca nadie podrá hacerle a usted ningún daño, pues usted pelea las batallas del Señor” (v. 28).
Dios, que no se queda con nada guardado le hizo justicia directa a Nabal quien murió de un ataque al corazón (v. 39). David por su parte comprendió muy bien la esencia de Abigail como mujer y quiso hacerla su compañera. Esa decisión también sirvió para recompensar a esta mujer su discernimiento, valentía y sabiduría, lo que le permitió ser la esposa del gran rey de Israel, quien le ofreció su protección y amor; seguramente, muy diferente a todo lo que tuvo que vivir al lado de Nabal.
Como mujeres tenemos que aprender mucho de Abigail. Estamos llamadas ante todo a obrar correctamente buscando siempre la dirección del Señor y entender el momento propicio en el que debemos actuar con justicia y valor, velando y defendiendo lo que concierne con nuestro hogar. Si las cosas no van por buen camino, Dios mismo se encargará de obrar y voltearlas de manera que su Nombre quede en alto y a la vez se manifieste su justicia y bondad con los suyos.

Amado Señor: Gracias por todo lo que nos enseñas a través de Abigail, Queremos entender la lección y aprender a ser mujeres de fe decididas, sensatas, guerreras, fuertes y dignas, a la vez pacíficas buscando siempre el bienestar de nuestros hogares. ¡Gracias buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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