sábado, 1 de octubre de 2016

Quiero ir de tu mano Señor

A ti, Señor, elevo mi alma; mi Dios, en ti confío; no permitas que sea yo humillado, no dejes que mis enemigos se burlen de mí. 
Salmo 25:1-2.

Lectura: Salmo 25:1-22.  Versículos del día: Salmo 25:1-2.

MEDITACIÓN DIARIA

Creo que David estaba pasando uno de esos días en que todo era oscuro y recurre al único que podría tenderle su mano. Siempre me ha parecido David un hombre muy sincero. Se dirigía al Señor hablándole con el corazón y no escatimaba el más mínimo detalle; todo se lo hacía conocer a su Señor.  Por eso le dice: “Quien en ti pone su esperanza jamás será avergonzado” (v. 3). Y humillándose ante Él le pide: “hazme conocer tus caminos; muéstrame tus sendas.  Encamíname en tu verdad, ¡enséñame! Tú eres mi Dios y Salvador; ¡en ti pongo mi esperanza todo el día!” (vv. 4b y 5).
Así es: si durante todo el día no estamos en sus manos, no creo fácil el pasar las dificultades que en ocasiones nos llegan como una tromba y no sabemos para dónde coger. En la confusión podemos irnos por caminos equivocados, por eso es mejor que sea el Señor mismo quien nos los enseñe, para andar en su verdad y gozarnos con la esperanza que nos hace renacer en cada nuevo amanecer.

Amado Señor: Mi esperanza está en Ti. Permite también que mi integridad y rectitud sean mi protección. Yo solo puedo confiar en tu poder y eres el único que en verdad conoce mi corazón. Quiero ir de tu mano Señor; por favor no me dejes desviar de tu camino.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: