Pero yo, Señor, en ti confío, y digo: Tú eres mi Dios. Mi vida entera está en tus manos.
Salmo 31:14-15a.
Lectura: Salmo 31:
1-24. Versículos del día: Salmo 31:14-15a.
MEDITACIÓN DIARIA
Sí Señor. En Ti confío
porque no eres hombre para que mientas, ni hijo de hombre para que te
arrepientas (Números 23:19). Porque ahí, en tu Palabra están las promesas todas
y ninguna faltará por cumplirse. Porque mi vida está en tus manos y no te soy
indiferente. Porque me dices también: No tengas miedo, Dora. Tu petición fue
escuchada desde el primer día en que te propusiste ganar entendimiento y
humillarte ante tu Dios (Daniel 10:12). Solo me pide el Señor que sea valiente,
que no tema ni desmaye porque Él estará conmigo en donde quiera que yo vaya (Josué
1:9).
A veces también me
siento errante y angustiada como la golondrina que salió de su nido a buscar
otros lares. “Pero algo más me viene a la memoria, lo cual me llena de
esperanza: El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se
agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad! Por
tanto, digo: El Señor es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!”
Gracias Señor porque tu
fidelidad nunca se agota; cada momento la veo en mí. No importa que llegue la
noche porque tengo la esperanza de un nuevo amanecer. Si no fuera por Ti mi
Señor, no sé en dónde andaría yo. ¡Tú eres el motivo de mi vida! ¡Gracias,
muchas gracias mi Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
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