lunes, 3 de octubre de 2016

En bien de la tolerancia

No dejes de recordarles esto. Adviérteles delante de Dios que eviten las discusiones inútiles, pues no sirven nada más que para destruir a los oyentes. 
2 Timoteo 2:14.

Lectura: 2 Timoteo 2:1-26.  Versículo del día: 2 Timoteo 2:14.

MEDITACIÓN DIARIA

La serie de consejos que le da Pablo a Timoteo son para nosotros de la misma manera, porque pienso cuánta falta nos hace evitar discusiones inútiles. Cuando tomamos la palabra ya sea para predicar debemos ser cautelosos y audaces. Es un consejo que podemos aplicar en diferentes campos como la política, la religión y los deportes. “No tengas nada que ver con discusiones necias y sin sentido, pues ya sabes que terminan en pleitos. Y un siervo del Señor no debe andar peleando; más bien, debe ser amable con todos, capaz de enseñar y no propenso a irritarse (vv. 23-24). Qué verdad tan cierta nos muestran estos dos versículos. Es que definitivamente, lo menos que sabemos cuidar es la lengua y nos lanzamos incluso a hacer declaraciones y juzgamientos a priori, sin estar ilustrados como debería ser en el tema.
Es muy cierto que las discusiones necias y sin sentido llevan a la desunión en un hogar y lo que debemos buscar es más bien la unión, la armonía, la fuerza, la honestidad, la tolerancia y el amor. En circunstancias de esta índole, antes de hablar pidámosle al Espíritu Santo, que ponga sus palabras en nuestra boca. Estoy convencida de eso: El Señor nos escuchará y nos dirigirá por el camino recto. “Así, humildemente, debe corregir a los adversarios” (v. 25). Cuando se corrige con amor hay una alta probabilidad de lograr que las personas cambien de opinión o al menos que busquen sensatamente lo correcto en la Palabra de Dios. Esto en resumen es tolerancia.

Amado Señor: muchas gracias porque nos hiciste tan disímiles que cada cual tiene su propio pensamiento y por ende su propia opinión. Enséñanos buen Dios a ser prudentes y a no dejarnos llevar por la ira cuando no estamos de acuerdo con los pensamientos de los demás. Danos paz, sabiduría y tolerancia en nuestros corazones para que de esta manera demostremos que en verdad amamos al prójimo así no estemos de acuerdo con sus argumentos o con sus actitudes. ¡Gracias bendito Dios!

Un abrazo y bendiciones.

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