En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir en su reino y que juzgará a los vivos y a los muertos, te doy este solemne encargo: Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar.
2 Timoteo 4:1-2.
Lectura: 2 Timoteo
4:1-8. Versículos del día: 2 Timoteo
4:1-2.
MEDITACIÓN DIARIA
Este es el encargo que
Pablo le hace a Timoteo pero recordemos que es Palabra de Dios y nos concierne
a todos los cristianos. El tiempo se agota y es nuestra obligación insistir,
persistir y no desistir de predicar la Palabra. Fijémonos que dice “sea o no
sea oportuno”. Muchas veces callamos porque consideramos que no es el momento;
pero si Dios nos lo dice, es porque sabe que todo tiempo está disponible para
dar el mensaje. Y es importante hacerlo mientras se pueda predicar: “Porque
llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados
de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que
quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos” (vv.
3-4).
Que nos podamos
presentar ante el Señor con la satisfacción del deber cumplido para poder
expresarnos igual que Pablo: “He peleado la buena batalla, he terminado la
carrera, me he mantenido en la fe” (v. 7). A nosotros también nos aguardan
galardones por parte del Señor si hacemos la tarea como debe ser y ansiamos su
regreso: “Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez
justo, me otorgará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que
con amor hayan esperado su venida” (v. 8). Así que compartir gozosos esperando
su regreso.
Amado Señor: muchas
gracias por enseñarnos la importancia de comunicar a otros tu mensaje de
salvación. Concientízanos y danos el denuedo necesario para compartir de Ti y
llevar a muchas almas a tus pies. Señor, añoramos tu pronto regreso. ¡Ven
pronto Señor Jesús!
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario