jueves, 27 de octubre de 2016

Vuélcanos nuevamente en la llama de tu amor

Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor. 
Apocalipsis 2:4.

Lectura: Apocalipsis 2:1-7.  Versículo del día: Apocalipsis 2:4.

MEDITACIÓN DIARIA

“Haz abandonado tu primer amor”. Esto es lo que el Señor le dice a la Iglesia de Éfeso, y creo que son palabras de exhortación para todos los cristianos. Recordemos cómo fue la experiencia con el primer amor que tuvimos. La experiencia del primer amor es muy bonita porque diría que en la mayoría de casos fue sencilla, ingenua, sincera. Se reflejaba en los ojos, en las palabras pronunciadas, en las acciones y hasta en el modo de vestir.
Cuando conocimos al Señor y le entregamos nuestro corazón,  muy seguramente sucedió algo parecido. Por lo menos en mi caso: hablaba y hablaba de Él a amigos, conocidos, familiares; aun sin prejuicios de ninguna clase, sin temor ni vergüenza lo hacía con desconocidos. Me sentía volar por las nubes; soñaba con el Señor, con su regreso. Le compuse una poesía, esperando su regreso también. Escribía en mucha partes personales la frase de ‘ven Señor Jesús’. En fin, estaba super-enamorada de mi Señor. Sin embargo el tiempo, las circunstancias y las dificultades fueron apagando ese ‘primer amor’. Siempre lo he asimilado con los niños; los niños van hablando todas sus cosas ingenuamente y con sinceridad, pero a medida que van creciendo se van volviendo más reservados. A veces lo llamamos prudencia y a veces le decimos introversión. Con razón el Señor nos pide que seamos como ellos: “Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Por tanto, el que se humilla como este niño será el más grande en el reino de los cielos” (Mateo 18:3-4).
Los tiempos son duros. Reflexionemos sobre lo anterior y volvámonos al primer amor con nuestro Amado. Es el único que no cambia y siempre está dispuesto a escucharnos y tendernos sus amorosos brazos.

Señor nuestro: en verdad te hemos olvidado. Decimos que eres el primero pero en general siempre anteponemos a alguien o algo que te destrona. Si no es mucho pedirte buen Señor, vuélvenos a conquistar, permite que nos dejemos elevar con tu Santo Espíritu y volvamos a sentir tu gloria y majestad como cuando te conocimos. Gracias por tu amor inmutable. Perdona nuestra ingratitud y vuélcanos en la llama preciosa de tu amor.

Un abrazo y bendiciones.

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