Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce.1 Juan 4:7.
Lectura: 1 Juan
4:7-21. Versículo del día: 1 Juan 4:7.
MEDITACIÓN DIARIA
El amor viene de Dios.
Una persona no puede amar a su enemigo si antes no ha conocido a Dios; en
ellos, lo entiendo. Pero no entiendo como alguien que se dice cristiano no ama al
prójimo. A muchos les queda difícil perdonar y por más que ven el amor de Dios
clemente y misericordioso se rehúsan a practicarlo. “En esto consiste el amor:
no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su
Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados”
(v. 10).
Además de esto, en la
oración que el Señor nos dejó como excelencia decimos así: “Perdónanos nuestras
deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores” (Mateo 6:12),
enfatizándonos más adelante lo siguiente: “Porque si perdonan a otros sus
ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero si no
perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las
suyas” (Mateo 6:14-15). Sería muy importante recalcar y tener estos versículos
en la mente, para recordarlos siempre que fuere necesario.
“Si alguien afirma: Yo
amo a Dios, pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su
hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto”. (v. 20
en la lectura). Recordemos que Satanás es el padre de la mentira y estará dichoso
al ver especialmente a los cristianos de ufanarse que lo son, cuando en verdad demuestran
lo contrario. El perdón lleva la esencia completa del amor porque el amor cubre
multitud de pecados “Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame
también a su hermano” (v. 21).
Amado Señor: muchas
gracias por tu inmenso amor demostrado en la cruz por nosotros. Gracias porque
Tú nos amaste primero y viniste a morir sin tener por qué pagar por nuestras
transgresiones. Con este sacrificio nos dejaste el ejemplo vivo de amar a quien
nos hace daño y perdonarlos tal como lo hiciste un día en el Gólgota. Gracias
por tu amor incondicional. ¡Te amamos Señor y bendecimos tu Nombre! ¡Toda la
gloria y honra son para ti!
Un abrazo y
bendiciones.
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