La voz del Señor está sobre las aguas; resuena el trueno del Dios de la gloria; el Señor está sobre las aguas impetuosas.
Salmo 29:3.
Lectura: Salmo
29:1-11. Versículo del día: Salmo 29:3.
MEDITACIÓN DIARIA
Aquí en medio de la
zozobra de lo que puede ser un huracán. No lo he experimentado pero los que
saben dicen que es aterrador. Sé que toda la naturaleza está a disposición de
su Creador y que su voz se escucha en medio de los potentes truenos “La voz del
Señor resuena potente; la voz del Señor resuena majestuosa. La voz del Señor
desgaja los cedros, desgaja el Señor los cedros del Líbano” (vv. 4-5).
Toda su creación está
atenta a su voz. La humanidad tiembla al verse impotente; sobre su ímpetu no
hay tecnología que valga. Solo el Señor puede modificar los vientos y si es su
voluntad permitir que se desvíen o que mueran en el mar sin causar daño. Viene
a mi memoria la tempestad que el Señor ordenó que se calmara y creo que como
aquellos quienes eran sus discípulos hoy también muchos le gritan: “¡Señor,
sálvanos, que perecemos!” (Mateo 8:25 VRV). El Señor les reprende por su poca
fe, pero se levanta y reprende a los vientos y a las olas y todo queda
tranquilo (Mateo 8:26). ¡Tú eres nuestra fortaleza Señor!
Señor Jesús: Tú eres el
Señor de los vientos y tormentas; aun las borrascas, huracanes y tornados están
en tus manos y obedecen tu voz. No somos nadie para decirte que no lo hagas.
Solamente te pedimos tu clemencia para que no tengas en cuenta la maldad que
reina y seas benevolente con los más afectados y necesitados. Gracias Señor
porque sabemos que eres el dueño absoluto del universo y la creación nos
recuerda tu soberanía. Nos sometemos a tus designios mi Señor.
Un abrazo y
bendiciones.
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