Aunque la higuera no dé renuevos, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos; aun así, yo me regocijaré en el Señor, ¡me alegraré en Dios, mi libertador!
Habacuc 3:17-18.
Lectura: Habacuc 3:
1-19. Versículos del día: Habacuc 3:
17-18.
MEDITACIÓN DIARIA
Aunque lleguen las
dificultades, nunca decaigas. Aunque en tu casa vayan mal las finanzas, el
ánimo, la tolerancia, no te des por vencido. Aunque una enfermedad te minimice;
aunque tu matrimonio o tus sentimientos estén heridos hasta lo profundo, recuerda
que hay alguien más poderoso que nosotros. Él es nuestro Maestro, Médico,
Abogado y Sustentador por excelencia y ¡Dios no está muerto! ¡Adelante! ¡Ten
ánimo!
¡Sí mi Señor! Aunque la
higuera no florezca ni haya frutos en sus vides; aunque todo al atardecer se
vea desolado y gris; y aunque a la mañana siguiente el sol no alcance a darnos
su calor y luz; aun así mi Señor, no dejaré de alabarte ni adorarte porque sólo
en Ti podemos regocijarnos. Sólo Tú conoces mejor nuestro sentar y levantar. Es
que en cada situación vienen a mi memoria las palabras de Pedro y yo también te
las repito: ¿A quién más iré Señor? Tal vez si no te conociera iría tras el
brujo, el adivinador o el hechicero; o iría tras los ídolos. Pero no. Sé en
quién he creído y quién Eres. “El Señor omnipotente es mi fuerza; da a mis pies
la ligereza de una gacela y me hace caminar por las alturas” (v. 19). ¡Él es mi
Dios y mi Libertador!
Abrazos y bendiciones.
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