martes, 18 de octubre de 2016

Con todo no dejaré de alabarte

Aunque la higuera no dé renuevos, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos; aun así, yo me regocijaré en el Señor, ¡me alegraré en Dios, mi libertador! 
Habacuc 3:17-18.

Lectura: Habacuc 3: 1-19.  Versículos del día: Habacuc 3: 17-18.

MEDITACIÓN DIARIA

Aunque lleguen las dificultades, nunca decaigas. Aunque en tu casa vayan mal las finanzas, el ánimo, la tolerancia, no te des por vencido. Aunque una enfermedad te minimice; aunque tu matrimonio o tus sentimientos estén heridos hasta lo profundo, recuerda que hay alguien más poderoso que nosotros. Él es nuestro Maestro, Médico, Abogado y Sustentador por excelencia y ¡Dios no está muerto! ¡Adelante! ¡Ten ánimo!

¡Sí mi Señor! Aunque la higuera no florezca ni haya frutos en sus vides; aunque todo al atardecer se vea desolado y gris; y aunque a la mañana siguiente el sol no alcance a darnos su calor y luz; aun así mi Señor, no dejaré de alabarte ni adorarte porque sólo en Ti podemos regocijarnos. Sólo Tú conoces mejor nuestro sentar y levantar. Es que en cada situación vienen a mi memoria las palabras de Pedro y yo también te las repito: ¿A quién más iré Señor? Tal vez si no te conociera iría tras el brujo, el adivinador o el hechicero; o iría tras los ídolos. Pero no. Sé en quién he creído y quién Eres. “El Señor omnipotente es mi fuerza; da a mis pies la ligereza de una gacela y me hace caminar por las alturas” (v. 19). ¡Él es mi Dios y mi Libertador!

Abrazos y bendiciones.

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