lunes, 31 de octubre de 2016

Decídete firmemente

Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo. 
Apocalipsis 3:20

Lectura: Apocalipsis 3:14-22.  Versículo del día: Apocalipsis 3:20.

MEDITACIÓN DIARIA

Tengo que decir que yo prácticamente nací y crecí con este versículo y que es por ende el que uso generalmente para evangelizar. Sin embargo hoy, el Señor me ha mostrado un algo diferente que les quiero compartir.
Observemos en la lectura lo que el Señor mismo está diciendo: “Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro!  Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca” (vv. 15-16). Al respecto lo veo desde la óptica en que muchos van de un lado para otro, incluso no solo de otras ramas del cristianismo (católicos u ortodoxos), sino también de diferentes denominaciones de la rama protestante. Creen que conocen al Señor, pero no es así. Quizá lo han oído por tradición y de sus generaciones pasadas pero no lo tienen de manera personal y exclusiva como su Señor y Salvador. Incluso, puede que sí se esté frecuentado una iglesia protestante de alguna denominación o que incluso alguno haya recibido al Señor pero no de una manera sincera, sino por conveniencia o de momento. Dentro de mi modo de ver, éstos son también los tibios. Los que se creen saberlo todo, tenerlo todo pero aún están vacíos en su interior (v. 17).
De ti depende si compras oro purificado por fuego, ropas blancas y ungüento para tus ojos (v. 18);  “sé diligente y arrepiéntete de tu indiferencia” (v. 19). De ti depende si le dejas seguir o no. Toma una decisión hoy, y decídete firmemente. Si es tu deseo podemos orar así:

Señor Jesús: Me rindo a tus pies. Sé que he sido indiferente contigo y ahora me das la oportunidad de volcar mi corazón completamente hacia Ti. Toma mi vida y sé mi Señor y Salvador personal. Reconozco lo que hiciste por mí en ese madero y te pido perdón por mis pecados. Hazme la persona que quieres que yo sea. Gracias Señor Jesús.

Un abrazo y bendiciones.


No hay comentarios: