Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que allí fijaste, me pregunto: ¿Qué es el hombre, para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta? Salmo 8:3-4.
Lectura: Salmo
8:1-9. Versículos del día: Salmo 8:1-9.
MEDITACIÓN DIARIA
No hay nada más hermoso
que contemplar la naturaleza, el firmamento y todo el universo. A mí
personalmente, eso me estremece.
Hace un par de semanas
creo, por insinuación del Pastor de la Iglesia a donde asisto, me fui a meditar
en la mañana antes de entrar a clase, al lago del College donde estudiaba.
Escuchar el murmullo del agua, ver los pececitos nadando en ella, oír en los
árboles el canto de los pajaritos y verlos revolotear de un lado para el otro,
es encontrarse directamente con la obra creadora de Dios. Eso sin decir, la
laboriosidad de los telares de las arañas construyendo sus redes de hoja a hoja
de las palmas, cerca de donde estaba sentada. Definitivamente este conjunto
maravilloso de seres vivos nos llama a exaltar y glorificar el nombre de
nuestro Dios.
¿Pero qué decir al
contemplar su firmamento? Cuando estuve en el Centro Espacial Kennedy en Cabo
Cañaveral, y entrar a la sala donde se proyecta lo grabado directamente del
espacio, donde hay infinidad de estrellas en un lucimiento tal, que no pude
menos que dejar caer unas gotas de llanto porque era exactamente lo que decía
David en este Salmo: ¡Qué imponente es tu Nombre! ¡Los cielos se visten de tu
gloria! (v. 1). Y al descubrir semejante majestuosidad, también me pregunto: ¿quién
soy Señor para que me hayas puesto por encima de toda esa belleza?
Si todavía no has
descubierto al Señor en medio de su creación, te invito a que lo hagas. Pídele
al Espíritu Santo que te muestre cada detalle y que te deje contemplar la
sabiduría en todo ese cúmulo de diseño divino que nos ha regalado para
deleitarnos y glorificar su Nombre. Te quedarás maravillado y te asombrarás de
su grandeza y prodigio.
Amado Señor: me
pregunto, si ese universo maravilloso que diseñaste fue hecho con lujo de
detalles y te es importante, ¿cuánto no lo seremos nosotros como personas? Si cada
uno de ellos cumple su misión sin reprocharte nada, ¿por qué el hombre que es
el centro de esa creación te cuestiona tanto? Perdona Señor la ignorancia quizá
y el orgullo que lleva a pensar que somos únicos e indestructibles y que nos
mandamos solos, cuando es a Ti a quien tenemos que rendirte cuentas. Gracias
por mostrarnos tu gloria y soberanía. ¡Te adoramos Señor por tu grandeza y
poder!
Un abrazo y
bendiciones.
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