miércoles, 17 de agosto de 2016

Te adoramos Señor por tu grandeza y poder

Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que allí fijaste, me pregunto: ¿Qué es el hombre, para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta? Salmo 8:3-4.

Lectura: Salmo 8:1-9.  Versículos del día: Salmo 8:1-9.

MEDITACIÓN DIARIA

No hay nada más hermoso que contemplar la naturaleza, el firmamento y todo el universo. A mí personalmente, eso me estremece.
Hace un par de semanas creo, por insinuación del Pastor de la Iglesia a donde asisto, me fui a meditar en la mañana antes de entrar a clase, al lago del College donde estudiaba. Escuchar el murmullo del agua, ver los pececitos nadando en ella, oír en los árboles el canto de los pajaritos y verlos revolotear de un lado para el otro, es encontrarse directamente con la obra creadora de Dios. Eso sin decir, la laboriosidad de los telares de las arañas construyendo sus redes de hoja a hoja de las palmas, cerca de donde estaba sentada. Definitivamente este conjunto maravilloso de seres vivos nos llama a exaltar y glorificar el nombre de nuestro Dios.
¿Pero qué decir al contemplar su firmamento? Cuando estuve en el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, y entrar a la sala donde se proyecta lo grabado directamente del espacio, donde hay infinidad de estrellas en un lucimiento tal, que no pude menos que dejar caer unas gotas de llanto porque era exactamente lo que decía David en este Salmo: ¡Qué imponente es tu Nombre! ¡Los cielos se visten de tu gloria! (v. 1). Y al descubrir semejante majestuosidad, también me pregunto: ¿quién soy Señor para que me hayas puesto por encima de toda esa belleza?
Si todavía no has descubierto al Señor en medio de su creación, te invito a que lo hagas. Pídele al Espíritu Santo que te muestre cada detalle y que te deje contemplar la sabiduría en todo ese cúmulo de diseño divino que nos ha regalado para deleitarnos y glorificar su Nombre. Te quedarás maravillado y te asombrarás de su grandeza y prodigio.

Amado Señor: me pregunto, si ese universo maravilloso que diseñaste fue hecho con lujo de detalles y te es importante, ¿cuánto no lo seremos nosotros como personas? Si cada uno de ellos cumple su misión sin reprocharte nada, ¿por qué el hombre que es el centro de esa creación te cuestiona tanto? Perdona Señor la ignorancia quizá y el orgullo que lleva a pensar que somos únicos e indestructibles y que nos mandamos solos, cuando es a Ti a quien tenemos que rendirte cuentas. Gracias por mostrarnos tu gloria y soberanía. ¡Te adoramos Señor por tu grandeza y poder!

Un abrazo y bendiciones.


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