Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz! Filipenses 2:8.
Lectura: Filipenses
2:1-11. Versículo del día: Filipenses
2:8.
MEDITACIÓN DIARIA
El apóstol Pablo nos
manda a ser humildes y nos deja el ejemplo del Señor Jesucristo que siendo
Dios, no se cogió de eso sino que por su misma humildad fue obediente hasta
morir en una cruz. Pero nosotros, sin tener nada de qué ufanarnos, somos al
revés. Es difícil que consideremos a los demás como superiores. El ego y el
orgullo no nos dejan mirar al prójimo con el mismo amor que nos enseñó Jesús.
Gracias a Dios, estamos
cada día aprendiendo por medio de su Palabra lo que Dios nos demanda y tenemos
la bienaventurada esperanza de llegar a la obra completa. Esa es una promesa y
Dios es fiel. El que la comenzó será el encargado de llevarla a feliz término.
Amado Señor: muchas
gracias por tu misericordia; solamente porque ese es uno de tus innumerables
atributos podemos tener la certeza que llegaremos a la meta como Tú deseas
vernos. Mientras tanto buen Dios, pon en nuestros corazones el mismo sentir
tuyo para que aprendamos obediencia y humildad. ¡Te honramos a Ti y te damos
toda la gloria! ¡Gracias por tu benevolencia!
Un abrazo y
bendiciones.
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