martes, 23 de agosto de 2016

Aprendamos a defender nuestra fe

Cuando los fundamentos son destruidos, ¿qué le queda al justo? Salmo 11:3.

Lectura: Salmo 11:1-7.  Versículo del día: Salmo 11:3.

MEDITACIÓN DIARIA

Creo que esta pregunta es la que rebota con frecuencia en nuestro pensamiento viendo el mundo actual en que vivimos. ¿Cómo enfrentarnos a tantos dardos que lanza el enemigo? Cada día es más la maldad, el resentimiento y los odios. Estamos en una época donde la vida humana no vale nada; donde hay que llamar a lo bueno malo y viceversa. Vemos que se quiere abolir el matrimonio impuesto por Dios, que la unidad familiar ya no existe y menos el respeto a los mayores y autoridades. Que ya se les exige a los padres no educar a sus hijos y con mayor razón se les prohíbe a los profesores y educadores.
¿Entonces, en qué estamos? Exactamente en lo que dice el versículo del día: los fundamentos están destruidos.” ¿Pero cómo cristianos qué podemos hacer?  Hay que responder con valor y en mi concepto, es cuando la Iglesia de Dios se debe manifestar. Al respecto, me alegra mucho que en mi país, Colombia, se organizó el llamado plantón en todas las ciudades, donde salieron miles de personas para rechazar unas cartillas que quiere imponer desde la educación infantil, la equidad de género o la identidad sexual. Aunque los medios de comunicación a este apoteósico acontecimiento no le dieron la más mínima trascendencia (era de esperarse), las redes sociales sí mostraron al mundo y a la nación, que todavía se tienen principios morales para decir ‘no’ a las normas que van en contra de lo establecido por Dios.
Es mi parecer en cuanto al aumento del homosexualismo, que muchos jóvenes lo hacen porque es lo que está de moda; por no quedarse atrás de sus amigos o porque si no lo aceptan, qué van a decir o pensar los de su clan. Entonces, es el momento para ir en busca de ellos y compartirles el mensaje de las Buenas Nuevas del Señor Jesucristo. Tenemos mucho por hacer; no desperdiciemos el tiempo mis hermanos. Pongamos manos a la obra para que como justos, los fundamentos no se sigan destruyendo.

Amado Señor: Gracias porque al igual que Tú nos lo enseñaste amamos al pecador pero no su pecado. Te rogamos que antes de criticar nos des valor y osadía para ir a hablar de Ti a tantos que van vagando sin rumbo fijo en este mundo. Danos también el coraje necesario para pararnos delante de quien sea y podamos defender nuestra fe tal como lo dice tu Palabra. ¡Te amamos buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.


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