Así también la lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes hazañas. ¡Imagínense qué gran bosque se incendia con tan pequeña chispa! Santiago 3:5.
Lectura: Santiago
3:1-12. Versículo del día: Santiago 3:5.
MEDITACIÓN DIARIA
El apóstol Santiago nos
dice que si alguien no llegare a fallar con lo que dice, es una persona
perfecta (v. 2); y así es. ¡No sé por qué nos cuesta tanto tener quieta la
lengua! Es como si nos picara y empezar solamente; de ahí para adelante ya está
hecho. El apóstol nos enseña que se le pone freno al caballo para controlarlo e
igual a los barcos con el timón; más sin embargo, ¿quién puede ponerle freno a
la lengua? ¿Muy difícil verdad? ¡Y es que siendo uno de los miembros más
pequeños del cuerpo puede incendiar un gran bosque completo!
Es muy triste saber que
con los mismos labios que alabamos y adoramos al Señor, salimos a criticar, a
murmurar, a juzgar y a ultrajar al prójimo. Yo recuerdo haber leído en una de
mis Biblias un devocional donde se decía que así como gusta poner el cuerpo a
dieta, también era necesario poner a
dieta las palabras. Deberíamos hacer un esfuerzo y como decía en días pasados:
mejor aprendamos a escuchar más. No le demos cabida al chisme ni al
juzgamiento, cuando ni siquiera sabemos en la mayoría de los casos, si en
realidad fue o no fue.
Creo que cuando
aprendemos prudencia, estamos fortaleciendo nuestro espíritu y a la vez
madurando emocionalmente. Hagamos el deber: pongamos a dieta las palabras, nos
proporcionará mucho provecho y a la vez nos traerá paz.
Amado Señor: te pedimos
perdón porque en verdad somos muy ligeros con la lengua. Rogamos que tu Santo
Espíritu entre a escudriñarnos y mostrarnos todos los aspectos en los que
fallamos con nuestra boca. Bendito Dios, permite más bien que nuestros labios
solamente pronuncien palabras de ánimo, de consuelo, de amor, de fraternidad,
de perdón y de reconciliación. Queremos obedecerte en este aspecto. Gracias
buen Dios porque tu Palabra dice que: “Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece” y lo podemos lograr. ¡Te adoramos Señor! ¡Eres Grande,
Misericordioso y Poderoso!
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario