Oigan esto, los que pisotean a los necesitados y exterminan a los pobres de la tierra. Amós 8:4.
Lectura: Amós
8:1-14. Versículo del día: Amós 8:4.
MEDITACIÓN DIARIA
Creo que esta profecía
no será solamente para Israel; considero que Dios es justo y en su justicia
Divina, igual trata a los de su pueblo como al resto de gentiles, especialmente
si ya conocen la Palabra de Dios y se han entregado a Jesús de Nazaret. Y hago
énfasis porque nosotros los cristianos tenemos que demostrar en todas las áreas
de nuestra vida, que somos diferentes. Siempre he dicho que Dios no se queda
con nada guardado sea buena o mala la acción. Dice el dicho: “que en todas
partes se cosechan habas”, y así es. Sin embargo creo que en nuestros países
latinos vemos mucho más los que quieren hacerse ricos, a costillas de los
pobres.
Así que en todo
trabajo, negocio o empresa que emprendamos debemos tener en cuenta esta
advertencia. Dios va mucho más allá: “Ustedes buscan achicar la medida y
aumentar el precio, falsear las balanzas y vender los deshechos del trigo, comprar
al desvalido por dinero, y al necesitado, por un par de sandalias” (vv. 5b-6).
Las consecuencias de no obrar rectamente llegarán. “Jura el Señor por el orgullo
de Jacob: Jamás olvidaré nada de lo que han hecho”; “aquel día —afirma el Señor
omnipotente—, haré que el sol se ponga al mediodía, y que en pleno día la
tierra se oscurezca. Convertiré en luto sus fiestas religiosas, y en cantos
fúnebres todas sus canciones. (vv. 7 y 9-10a).
Oremos por nuestros
países para que el Señor tenga misericordia de estos pueblos y para que los
cristianos que cada vez somos muchos más, marquemos la diferencia y obremos
rectamente.
Amado Señor: Gracias
porque nos enseñas a no poner nuestros deseos y ambiciones por encima del
necesitado. Permite que seamos íntegros en el actuar, sabiendo que estás
mirando cada hecho y lo juzgas. Tampoco queremos ser piedra de tropiezo para
los que hasta ahora están empezando a conocerte y esperan una actitud diferente
en nosotros. Instrúyenos en el andar tuyo cada día. ¡Bendito eres Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
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