sábado, 20 de agosto de 2016

Íntegros en el actuar

Oigan esto, los que pisotean a los necesitados y exterminan a los pobres de la tierra. Amós 8:4.  

Lectura: Amós 8:1-14.  Versículo del día: Amós 8:4.

MEDITACIÓN DIARIA

Creo que esta profecía no será solamente para Israel; considero que Dios es justo y en su justicia Divina, igual trata a los de su pueblo como al resto de gentiles, especialmente si ya conocen la Palabra de Dios y se han entregado a Jesús de Nazaret. Y hago énfasis porque nosotros los cristianos tenemos que demostrar en todas las áreas de nuestra vida, que somos diferentes. Siempre he dicho que Dios no se queda con nada guardado sea buena o mala la acción. Dice el dicho: “que en todas partes se cosechan habas”, y así es. Sin embargo creo que en nuestros países latinos vemos mucho más los que quieren hacerse ricos, a costillas de los pobres.
Así que en todo trabajo, negocio o empresa que emprendamos debemos tener en cuenta esta advertencia. Dios va mucho más allá: “Ustedes buscan achicar la medida y aumentar el precio, falsear las balanzas y vender los deshechos del trigo, comprar al desvalido por dinero, y al necesitado, por un par de sandalias” (vv. 5b-6). Las consecuencias de no obrar rectamente llegarán. “Jura el Señor por el orgullo de Jacob: Jamás olvidaré nada de lo que han hecho”; “aquel día —afirma el Señor omnipotente—, haré que el sol se ponga al mediodía, y que en pleno día la tierra se oscurezca. Convertiré en luto sus fiestas religiosas, y en cantos fúnebres todas sus canciones. (vv. 7 y 9-10a).
Oremos por nuestros países para que el Señor tenga misericordia de estos pueblos y para que los cristianos que cada vez somos muchos más, marquemos la diferencia y obremos rectamente.

Amado Señor: Gracias porque nos enseñas a no poner nuestros deseos y ambiciones por encima del necesitado. Permite que seamos íntegros en el actuar, sabiendo que estás mirando cada hecho y lo juzgas. Tampoco queremos ser piedra de tropiezo para los que hasta ahora están empezando a conocerte y esperan una actitud diferente en nosotros. Instrúyenos en el andar tuyo cada día. ¡Bendito eres Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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