jueves, 25 de agosto de 2016

Sabiduría para escuchar más y hablar menos

Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse. Santiago 1:19.

Lectura: Santiago 1:1-27.  Versículo del día: Santiago 1:19.

MEDITACIÓN DIARIA

¡Ay Dios! No sé si a la mayoría de personas les pasa igual que a mí: no sé escuchar. Creo que hablo más de lo que escucho. Esto se convierte en un problema porque por querer hablar, muchas veces no ponemos atención a lo que se nos dice; y aparte de ser un signo de mala educación nos distrae y nos hace indiferentes frente a la persona que nos está hablando. Todos los días en mis oraciones, le pido al Señor que me enseñe a escuchar y sí he aprendido, pero aún me falta. Cuando alguien me habla tengo que concentrarme en lo que me está diciendo y no querer de inmediato, como decimos en Colombia: ‘meter la cucharada’ e interrumpir para decir mis argumentos.
Leamos bien: ‘escuchar’. Con el tiempo me he dado cuenta que no es lo mismo escuchar que oír. Y el versículo del día nos dice: “deben estar listos para escuchar”. Es que si escuchamos estamos poniendo atención. De resto sería como oídas nada más: “De oído oiréis, y no entenderéis” (Mateo 28:14 RVR 1960); y no recuerdo también, en dónde leí que las oídas muchas veces se transforman en chismes. Y es precisamente por la diferencia que existe entre escuchar y oír. Cuando escucho, pongo atención a lo que me dicen; cuando oigo, acumulo palabras que después muy seguramente puedo llegar a tergiversar. ¡He ahí el detalle!
Si nos damos cuenta el versículo termina con “lentos para hablar y para enojarse”. Con toda razón, porque si no esperamos a terminar la primer premisa del que nos habla, por ejemplo frente a un reclamo, fácilmente podemos pasar del bla,bla,bla, al enojarnos como conclusión. Pongamos en práctica este sabio consejo del apóstol Santiago. Nos evitará muchos contratiempos.

Amado Señor: En tu infinita perfección nos diste dos oídos y una boca. Enséñanos a manejarlos de acuerdo a lo diseñado por Ti. Te pedimos sabiduría para aprender a escuchar más y hablar menos. Lo necesitamos para consolar, para animar y aun para exhortar. Gracias por tu Palabra Señor y por tenerla como instrumento tuyo para nuestra edificación.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: