sábado, 30 de enero de 2016

Toda tu Palabra es verdad irrefutable




Toda palabra de Dios es digna de crédito; Dios protege a los que en él buscan refugio. 
Proverbios 30:5.


Lectura: Proverbios 30:1-9.  Versículo del día: Proverbios 30:5.

MEDITACIÓN DIARIA

La Biblia no tiene error alguno y no miente. Lo que dice que es, así es y así debemos aceptarlo. Miremos solamente algunos de los versículos que hablan de ella: Toda la Escritura es también  obra creadora de Dios y es eterna “Sé además que todo lo que Dios ha hecho permanece para siempre; que no hay nada que añadirle ni quitarle; y que Dios lo hizo así para que se le tema” (Eclesiastés 3:14). El Señor Jesús también hace referencia a la eternidad de su Palabra: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán” (Mateo 24:35). Igual en la oración que le hace al Padre por sus discípulos aun estando en el mundo, le pide: “Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad” (Juan 17:17).
La Palabra de Dios es digna de recibir todo crédito; y no lo decimos por decirlo sino por nuestra propia experiencia al aceptar al Señor Jesucristo en nuestras vidas. Su mensaje es fiel y claro como para que nadie lo dude porque es el que nos invita a la vida eterna; el apóstol Pablo nos lo confirma en su carta a Timoteo: “Este mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos: que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero” (1 Timoteo 1:15).
“Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17). Así que nosotros debemos entender que somos sus discípulos y debemos usar su Palabra para ser santificados. La Biblia es el Manual de Dios para el hombre y debemos recurrir a ella para alimentarnos diariamente.

Amado Señor: Gracias por tu Palabra que es verdad; verdad que nadie puede refutar. Enséñanos a examinarla cada día para que sea el sustento espiritual que nos levante, mantenga y fortalezca en las vicisitudes propias del andar cotidiano. Gracias porque podemos confiar en ella plenamente y buscar santificarnos para saber agradarte como lo deseas. ¡Te alabamos y adoramos buen Dios!

Un abrazo y bendiciones.

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