El principio de la sabiduría es el temor del Señor; buen juicio demuestran quienes cumplen sus preceptos. ¡Su alabanza permanece para siempre!Salmo 111:10.
Lectura: Salmo
111:1-10. Versículo del día: Salmo
111:10.
MEDITACIÓN DIARIA
La sabiduría divina
empieza honrando y reverenciando a Dios. El hecho de tenerlo y conocerlo nos
garantiza una vida más estable llena de propósitos y metas. Además nos brinda
la bendita esperanza de una patria futura. Nuestro Dios no es cualquier Dios;
es el Dios Supremo: “Grandes son las obras del Señor; estudiadas por los que en
ellas se deleitan” (v. 2). “Las obras de sus manos son fieles y justas; todos
sus preceptos son dignos de confianza, inmutables por los siglos de los siglos,
establecidos con fidelidad y rectitud” (vv. 7-8).
Nos enorgullecemos de
tener al Dios que está por encima de todo lo creado y sin embargo, somos
tercos, desobedientes y rebeldes. Fácilmente nos olvidamos de las maravillas y
prodigios que ha realizado en nuestras vidas y con los seres que amamos. Sin
embargo, ¡cuánta paciencia no nos tiene nuestro buen Señor! Así tengamos que
andar por desiertos áridos y secos, su bondad se manifestará puesto que al mismo
Señor le duele vernos sufrir: “porque eres Dios perdonador, clemente y
compasivo, lento para la ira y grande en amor” (Nehemías 9:17).
Volvamos nuestros ojos
con sinceridad y gratitud al Dios que conocimos y nos sacó de la esclavitud del
pecado. Honrémoslo como se merece acatando sus mandatos y cumpliendo su
voluntad. Que sea el principal propósito en este nuevo año: “¡Vamos, bendigan
al Señor su Dios desde ahora y para siempre! ¡Bendito seas, Señor! ¡Sea
exaltado tu glorioso nombre, que está por encima de toda bendición y alabanza!”
(Nehemías 9:5).
Un abrazo y
bendiciones.
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