martes, 5 de enero de 2016

Cuidado con la idolatría




A un trozo de madera le dicen: Tú eres mi padre, y a una piedra le repiten: Tú me has dado a luz. Me han vuelto la espalda; no me quieren dar la cara. Pero les llega la desgracia y me dicen: ¡Levántate y sálvanos! 
Jeremías 2:27.


Lectura: Jeremías 2:23-30.  Versículo del día: Jeremías 2:27.

MEDITACIÓN DIARIA

En la lectura vemos que el Señor se lamentaba porque su pueblo se había vuelto idólatra. Mi apreciación es que en estos tiempos el Señor estará gimiendo también porque los de su Iglesia, se hacen ídolos de todo cuanto ven o poseen. Existen Congregaciones de multitudes que han escuchado hablar del Señor pero sin embargo, el Señor de ellos no es el Señor porque a su pastor o predicador lo han convertido en su señor. Por otro lado, se cogen los fieles de cosas materiales, las guardan como reliquias y con el tiempo esto se va tornando en idolatría: “A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón. Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes que eran réplicas del hombre mortal” (Romanos 1:21-23).  Miremos bien el pasaje: A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios; es que este pecado es tan sutil que se cae en él y no se percibe fácilmente. Por esto, se les oscureció su insensato corazón y yo diría que en el trono pusieron al dios dinero, al dios trabajo, al dios carro, al dios hijos, al dios belleza, etc. y esto los entenebreció. Cuando se deja subir el ego al corazón, se está volviendo a la idolatría. Cambiaron la gloria del Dios inmortal por la del hombre mortal, en el caso de los pastores que desean se les alabe y admire como a dioses. Afirmaban ser sabios y se volvieron necios.
No creamos entonces que la idolatría solo existe en la Iglesia Católica. Revisemos nuestras vidas y miremos si no estamos cayendo en este pecado abominable para Dios desde nuestro mismo interior, pasando por la familia, trabajo, riqueza e iglesia. Tengamos mucho cuidado con la idolatría, nos puede coger sin darnos cuenta.

Amado Señor: Es tan fácil volvernos idólatras sin percatarnos del pecado, que hoy le rogamos a tu Santo Espíritu nos escudriñe en todas las áreas de nuestro ser y nos muestre qué nos ha robado el primer sitio que es el que te corresponde llevar en la vida nuestra. Perdónanos por no amarte sobre todas las cosas con mente, corazón y sentimientos. Gracias Señor por instruirnos en tu bendita Palabra y por favor quita de nosotros toda idolatría que nos aleje de Ti.

Un abrazo y bendiciones.

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