sábado, 23 de enero de 2016

El milagro de la vida




¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!
 Salmo 139:14.


Lectura: Salmo 139:13-18.  Versículo del día: Salmo 139:14.

MEDITACIÓN DIARIA

¡Todos somos una creación admirable! En el nacimiento de cada criatura podemos ver el diseño perfecto de Dios al formarnos. Es que el ser pequeñito que nace, con sus manecitas, sus deditos y uñitas diminutas nos hace reflexionar en el milagro de la existencia. La vida es un milagro y ayer viendo a mi Juanita por primera vez y detallando desde la ventana donde inicialmente la miré pude pormenorizar sus manos, brazos, pies, piernas, orejas, ojos, ¡y todo asombrosamente delicado y perfecto! No dejaba de alabar a nuestro buen Señor. Es que es admirable pensar cómo puede estar tan sincronizado en el vientre materno cada una de esas minúsculas partes que forman el cuerpo humano. “¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!
¡No entiendo cómo pueden decir los necios que no existe Dios! Y mucho menos ¡cómo puede una madre después de escuchar o tener a su hijito en sus entrañas abortarlo! ¡Es incomprensible! ¿Por qué admiramos y damos honores a los inventores y creadores de la alta tecnología y al mejor Diseñador, el Perfecto que nos está mostrando a cada instante el milagro de la vida, lo rechazamos y dejamos a un lado? Es que no es solamente la vida humana, este Diseñador se encargó de formar perfectamente cada especie tanto de animales como de plantas, sin olvidar ninguno de sus detalles. ¡Y qué diremos de los mares, río, montes y collados! ¡Del cielo con sus galaxias, estrellas infinitas y astros luminosos!  Nada, absolutamente nada lo dejó por fuera y todo fue hecho perfecto con su mano prodigiosa. “¡Cuán preciosos, oh Dios, me son tus pensamientos! ¡Cuán inmensa es la suma de ellos!” (v. 17).

Amado Señor: Gracias por el nacimiento de Juanita y gracias por el milagro de la vida que nos proporcionaste a cada uno de nosotros. Has dejado al hombre en la cumbre, para que él mismo comprenda tu inmensidad y te rinda el honor y honra que mereces. Permite que al menos los que te conocemos podamos seguir pregonando tus maravillas y regocijándonos en cada una de ellas. ¡Eres el Creador, el Diseñador, el Formador Perfecto y toda la gloria es para Ti porque eres el Único que la mereces!  

Un abrazo y bendiciones.

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